Avatar: el sentido del agua apunta a la revolución del 3D
Una vez más, James Cameron se propuso cambiar la experiencia del cine y su objetivo fue revolucionar el 3D. Aquí te contamos de qué va este avance cinematográfico.
La llegada de Avatar: el sentido del agua cada vez por fin llegó. La tan esperada película de Avatar 2 se estrenó a cines mexicanos el 15 de diciembre. Esta secuela, y las que le seguirán, han significado un arduo trabajo por parte de todo el equipo de producción. Aparte, sabemos que su director, James Cameron, cuenta con una buena carga de ambición. Aquí te contamos qué sobresale de Avatar: el sentido del agua, que apuntó hacia la revolución del 3D.
3D sin lentes, el primer objetivo de James Cameron
Tal como lo hizo la primera entrega de Avatar en el 2009, Avatar 2 fue y será una propuesta para revolucionar el cine en tres dimensiones. En un inicio, con la ambición del director, los productores y sus ingenieros se centraron en superar su propia marca para crear una experiencia todavía más asombrosa, inmersiva y cautivadora en las cuatro secuelas que están por venir.
A tal punto se buscaba ofrecer una experiencia más allá de lo imaginado que, durante un tiempo, todo apuntaba a que esa trascendencia constaría de dejar a un lado los lentes para lograr el efecto de la tercera dimensión. Así es, hubo un momento en que el plan era que Avatar: el sentido del agua se viera en 3D sin necesidad de utilizar lentes.
¿Cómo pretendía James Cameron eliminar los lentes en el 3D?
En 2017 James Cameron declaraba en los medios que el futuro del 3D estaría marcado por la desaparición de los lentes… y seguro sí, pero en 2022 aún no es una realidad.
El plan de Cameron para revolucionar la tecnología del cine en tercera dimensión pasaba por un sistema de proyección con láser RGB, capaz de crear una especie de holograma que podría verse en tres dimensiones desde distintos ángulos dentro de un espacio dado. Incluso Lightstorm Entertainment, su compañía de producción, renovó por cinco años su contrato con Christie Digital, una empresa que desarrollaba ese sistema de láser RGB.
Nintendo se adelantó con el 3D sin gafas
En 2011, Nintendo lanzó al mercado su propia consola portátil con imagen 3D, que no requería el uso de gafas ni ningún otro artilugio. Sencillamente, el aparato estaba programado para proyectar una imagen distinta a cada ojo del jugador.
De hecho, justamente le reto de Cameron era lograr trasladar ese tipo de experiencia a una sala de cine con una gran cantidad de espectadores simultáneos. Sin embargo, la idea del 3D sin lentes fue perdiendo ímpetu con el paso de los años. Pues el uso de ese tipo de tecnología en el campo dependía de las salas en donde se proyectarían las citas. Los cines debían estar dispuestos a adoptar los novedosos sistemas y correr con los gastos para que ese revolucionario 3D pudiera exhibirse.
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¿Cómo es el 3D de Cameron hasta el momento?
Así pues, James Cameron ha tenido que conformarse por el momento con otra hazaña: la de conseguir que el 3D se vea mejor. En el Festival de Busan, después de enseñar 15 minutos de metraje de Avatar 2, James Cameron explicó la estrategia que él y su equipo han puesto en práctica para exprimir el rendimiento visual de cada escena de la película.
El director declaró:
“Hace cinco, ocho, nueve años, no podríamos haber conseguido lo que la gente ha visto hoy”. “Necesitábamos tiempo para llevar las cosas al nivel que somos capaces de entregar al público ahora”.
Como otras películas en tres dimensiones, Avatar: el sentido del agua utiliza una tasa de fotogramas por segundo (fps) elevada para potenciar el efecto inmersivo del 3D en determinadas secuencias.
En lugar del estándar industrial, 24 fps, esas secuencias se ruedan al doble de cuadros por segundo, 48. Sin embargo, esta técnica tiene sus problemas: luce muy bien en las escenas más espectaculares, pero provocan una extraña sensación de hiperrealidad en otras más contenidas y con menos movimiento. Y, por desgracia, cambiar de 24 a 48 fps y viceversa en medio de una misma sesión no es una opción con los proyectores actuales.
Entonces, para remediarlo, el director y su equipo dieron con un truco: proyectar cada fotograma de esas escenas más serenas por duplicado. Así pueden mantener el ritmo de proyección a 48 fps en los aparatos y, al mismo tiempo, sólo mostrar 24 imágenes distintas por segundo.
En conclusión…
El adiós al 3D sin lentes en los cines aún no es una realidad. Esta revolución del 3D que trae Cameron y su equipo es el máximo salto que nos impactará este diciembre con la gran experiencia cinematográfica de Avatar: el sentido del agua.
Fuente: Esquire