La leyenda xoloitzcuintle: ¿Por qué es el perro guardián del inframundo mexica?

La leyenda xoloitzcuintle: ¿Por qué es el perro guardián del inframundo mexica?

Sumérgete en la ancestral leyenda mexica que convierte al xoloitzcuintle en un ser sagrado, un guardián entre dos mundos cuya esencia perdura en nuestras tradiciones más profundas.

 ·  octubre 6, 2025
La leyenda xoloitzcuintle: ¿Por qué es el perro guardián del inframundo mexica?

¿Alguna vez te has preguntado si existe un puente entre la vida y la muerte? En el corazón de la cultura mexicana, hay una leyenda que responde a esto con un protagonista de cuatro patas: el xoloitzcuintle. Esta leyenda xoloitzcuintle no es un simple cuento; es una narrativa profundamente espiritual que nos habla de cómo los antiguos mexicas veían el viaje final, con este perro sagrado actuando como un fiel guardián del inframundo. Su historia es tan poderosa que su eco resuena cada Día de Muertos, conectando nuestro presente con el misterioso Mictlán.

El viaje al Mictlán y el guardián de cuatro patas

Imagina el viaje definitivo: cuando una persona fallecía, su alma emprendía un camino lleno de desafíos hacia el Mictlán, el reino de los muertos. Según la cultura mexica, este viaje no se hacía en soledad. Un compañero leal, un perro, esperaba para guiarle. Pero no cualquier canino podía cumplir esta misión espiritual.

  • La prueba del río: El desafío crucial ocurría en las aguas del río Apanohuaya o Chiconahuapan. El alma debía cruzarlo para continuar su camino.
  • El perro bermejo, el elegido: Al llegar, se encontraba con perros de varios colores. Los blancos y negros se negaban a ayudar, pero el perro de color bermejo (un tono rojizo o café) era el único dispuesto a cargar el alma en su lomo y atravesar la corriente. Este acto de lealtad lo convertía en el auténtico guía espiritual hacia el más allá.

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Símbolo de vida y muerte: un ciclo eterno

Para los mexicas, el universo funcionaba en ciclos de vida y muerte complementarios. El xoloitzcuintle encarnaba este concepto a la perfección.

  • Habitante de dos mundos: Al ser un animal que se alimentaba de desechos, facilitaba la transformación de la materia en descomposición, enviándola simbólicamente al Mictlán para que nutriera la tierra y permitiera nueva vida.
  • Un designio divino: Esta función no era vista con horror, sino como un designio sagrado. El perro era un eslabón esencial en el ciclo cósmico, un ser que vivía entre la luz del mundo y la sombra del inframundo.

De la leyenda a la arqueología: la tradición se confirma

La leyenda del xoloitzcuintle no se quedó solo en los códices. La evidencia arqueológica ha confirmado esta profunda conexión.

  • Entierros ancestrales: En lugares como Tula, Hidalgo, se han descubierto entierros con más de 2,000 años de antigüedad, donde restos humanos yacían junto a esqueletos de perros, incluido el xoloitzcuintle y otras razas como el tlalchichi.
  • El color era la clave: Los estudios revelaron que el factor crucial no era solo la raza, sino el color del perro. Los de tonalidad bermeja eran los preferidos para acompañar a los difuntos, confirmando el núcleo de la leyenda.

El Xoloitzcuintle y el Día de Muertos: un vínculo que perdura

Aunque los españoles prohibieron esta práctica, la tradición era tan fuerte que sobrevivió en secreto, adaptándose. Durante el Día de Muertos, la esencia de esta leyenda mexica permanece. El xoloitzcuintle, como símbolo de la muerte, nos recuerda que este viaje es una parte natural y sagrada de la existencia, un puente que, según la tradición, es cruzado con la ayuda de un fiel compañero.