¿Compites con otras mujeres? Podrías tener el Síndrome de la Abeja Reina

¿Compites con otras mujeres? Podrías tener el Síndrome de la Abeja Reina

Un fenómeno silencioso afecta la sororidad en aulas y oficinas: el síndrome de la abeja reina. No es un trastorno, sino un comportamiento aprendido en entornos sexistas que lleva a algunas mujeres a sabotear a otras. Te contamos cómo detectarlo y cambiarlo.

 ·  octubre 21, 2025
¿Compites con otras mujeres? Podrías tener el Síndrome de la Abeja Reina

En un mundo laboral y académico que a menudo fuerza a las mujeres a competir por una sola silla en la mesa, surge un patrón de conducta tan dañino como común: el síndrome de la abeja reina. Este no es un trastorno mental, sino un comportamiento defensivo que adopta una mujer que ha alcanzado una posición de poder en un entorno tradicionalmente masculino y que, en lugar de tender la mano, dificulta el ascenso de otras mujeres.

No se trata de una rivalidad innata, sino de una respuesta tóxica a una cultura organizacional sexista, donde la mujer “token” o simbólica siente que debe disociarse de su género para sobrevivir, reforzando inconscientemente los estereotipos que la oprimen.

Aquí te decimos cuáles son las señales para identificar si actúas bajo este síndrome, exploramos su origen en el tokenismo y te damos claves para usar tu poder no para sostener privilegios, sino para cambiar las reglas del juego por una verdadera sororidad y liderazgo inclusivo.

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¿Qué es realmente el Síndrome de la Abeja Reina?

Lejos de ser un simple chisme entre compañeras, el síndrome de la abeja reina es un mecanismo de supervivencia en un ecosistema laboral desigual. Ocurre cuando una mujer, a menudo la única o una de las pocas en un espacio de liderazgo, internaliza la dinámica sexista del entorno.

Para validar su propio éxito y pertenencia, adopta comportamientos que minimizan, critican o sabotean a otras colegas, visto como una forma de protegerse y mantener su estatus único. Este fenómeno no es la causa de la desigualdad de género, sino un doloroso síntoma de ella, alimentado por el tokenismo que nos hace creer que con una mujer en el poder basta, mientras la estructura opresiva permanece intacta.

Señales de alerta: ¿actúas como una Aabeja Reina?

Identificar estos comportamientos es el primer paso para el cambio. Si te reconoces en varias de estas actitudes, podrías estar perpetuando este ciclo.

  • Minimizas los logros de otras mujeres: En lugar de celebrar sus éxitos, los atribuyes a la suerte o consideras que “no es para tanto”.
  • Acaparas crédito y oportunidades: Te cuesta delegar tareas visibles o recomendar a otras mujeres para proyectos importantes, temiendo que opaquen tu propio brillo.
  • Fomentas una competencia insana: Creas dinámicas de comparación constante dentro del equipo, en lugar de promover la colaboración.
  • Criticas desde los estereotipos: Juzgas a otras colegas con etiquetas como “demasiado emocional” o “poco ambiciosa”, reforzando sesgos de género.
  • Te distancias de las causas de género: Frases como “yo no soy feminista” o “a mí me fue bien sin cuotas” son un clásico del comportamiento de abeja reina.

Cambia el juego: consejos para evitar este síndrome

Romper con este patrón no solo beneficia a las demás, sino que te libera a ti misma de una carga tóxica y construye un liderazgo femenino más auténtico y poderoso.

  • Practica la mentoría consciente: Busca activamente guiar y patrocinar a otras mujeres junior en tu empresa o facultad.
  • Reconoce y celebra públicamente: Conviértete en la principal promotora del trabajo y los triunfos de tus compañeras.
  • Cuestiona la estructura, no a las personas: Enfoca tu energía en señalar y cambiar las políticas sexistas de la organización, no en criticar a quienes intentan abrirse paso.
  • Build a sisterhood: Fomenta redes de apoyo y colaboración. Un equipo unido es mucho más fuerte que una “reina” solitaria.
  • Reflexiona sobre tu poder: Pregúntate: ¿Estoy usando mi posición para mantener mi privilegio o para allanar el camino y que otras sigan mis pasos en un entorno más justo?

La verdadera fuerza no reside en ser la única en la cima, sino en construir una red donde muchas puedan ascender contigo. Dejar atrás el síndrome de la abeja reina es un acto de poder colectivo.