¡5 cosas que no creías que tenían nombre!
Acompáñanos en este viaje por el lenguaje y descubre 5 cosas que no creías que tenían nombre, pero que ahora podrás nombrar como todo un pro.
¿Alguna vez te has preguntado cómo se llama ese olor después de la lluvia? Pues prepárate, porque el mundo está lleno de cosas que tienen nombres que jamás imaginaste. Acompáñanos en este viaje por el lenguaje y descubre 5 cosas que no creías que tenían nombre, pero que ahora podrás nombrar como todo un pro.
¡A poco así se llama! 😱
1. Óbelo (÷): El símbolo de la discordia
Ese rayito con puntitos que divide números en nuestras ecuaciones matemáticas tiene un nombre: óbelo. Sí, como lo lees, óbelo. Y no solo eso, también tiene una historia bastante peculiar. Se dice que proviene de la letra griega “ómicron” (O) a la que se le agregó una línea horizontal para evitar confusiones con otras letras.
2. Aspa (x): La X que multiplica tus problemas (o tus alegrías)
La famosa “x” que usamos para multiplicar no siempre se llamó así. De hecho, su origen se remonta a la época grecorromana, donde se utilizaba la letra “chi” (X) para representar un “desconocido”. Con el tiempo, la X evolucionó hasta convertirse en el símbolo de la multiplicación que conocemos hoy en día.
3. Petricor: El aroma que te transporta a un día lluvioso
¿Alguna vez has notado ese olor tan especial que se siente después de la lluvia? Ese aroma fresco y terroso tiene un nombre: petricor. Esta palabra proviene del griego “petra” (piedra) e “icchor” (líquido divino), y se refiere a la mezcla de aceites liberados por las plantas y las bacterias del suelo cuando son humedecidas por la lluvia. ️
4. Giste: La espuma que corona tu cerveza
Esa cremosa espuma que corona tu cerveza bien fría no solo es deliciosa, también tiene nombre: giste. Esta palabra proviene del francés “gis” (espuma) y se refiere a la capa de espuma que se forma en la superficie de la cerveza gracias a la presencia de proteínas y lúpulo.
5. Dysania: La pesadilla de no poder levantarse
¿Te ha pasado alguna vez que te despiertas sintiéndote completamente paralizado y con la incapacidad de moverte? Pues bien, esa horrible experiencia tiene un nombre: dysania. Se trata de un trastorno del sueño que se caracteriza por la dificultad para despertarse o levantarse de la cama por la mañana.