¿Por qué nos gustan tanto los unboxing? 8 razones según un experto
¿Has comprado algo solo por su empaque? Aquí te revelamos por qué el packaging o el una reseña de unboxing es tan decisivo al momento de una compra online.
A los seres humanos nos gustan las sorpresas y las buenas experiencias. Un gran factor que influye en elegir en pagar por un producto o servicio depende de cómo se vea el establecimiento —sea tienda, restaurante, bar o supermercado— y cómo se exhiben los productos allí. Los estímulos sensoriales influyen en la decisión de compra, siempre. ¿Alguna vez has comprado un producto solo por haber visto una reseña unboxing en redes sociales?
«Ante calidades similares entre productos diferentes de rango de precio similar, la decisión estará en todo lo que acompañe a este producto en el momento de su uso o de su adquisición», así lo explica Julián Garnés, profesor de Diseño de Packaging en ESDESIGN.
De tiendas físicas a tiendas online
Con el crecimiento de las compras en línea, esta experiencia que un consumidor solía experimentar en una tienda física ahora se ha trasladado a otros aspectos que son fundamentales en nuestras decisiones de compra, como el diseño del sitio web, la calidad del embalaje del producto y la emoción que nos genera al abrirlo. ¿Has sentido emoción al abrir un paquete recibido?
Así, cuando el producto llega al cliente, el proceso de unboxing es una extensión de la experiencia que el mismo ofrecerá y puede determinar si un nuevo cliente sigue comprando o no a la marca.
Pero ¿por que nos gustan los unboxing?
Ante esta pregunta, un experto nos detalla 8 razones que hacen que al abrir un paquete recibido lleguemos a experimentar emoción, euforia y demás sensaciones.
1. El paquete conecta o nos habla en un mismo idioma
El diseño empático habla el mismo lenguaje de los compradores. Un tono desenfadado aporta un toque de humanidad que le hace saber al usuario que detrás de la marca también hay seres humanos.
2. Los unboxing nos sorprenden
A veces, el empaquetado de algunos productos como el de la ropa o la tecnología no es tan relevante, a diferencia de otros productos como los perfumes o la comida. Cuando estos productos que no tienen grandes empaques se piensan un empaquetado top, sorprenden,
aumentando así la experiencia positiva al recibir el producto.
3. Es sostenible
Cuando el envoltorio de un producto no está diseñado para durar —como una botella de vino, que además de bella es útil como prolongador de la vida del producto—, sino que es desechable, debe comunicar un mensaje positivo, de sostenibilidad o fácil reutilización.
Los empaques contaminantes, de un solo uso, pueden generar un impacto negativo en los consumidores y repercutir en una siguiente compra. Una marca comunica en cada detalle.
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4. Al hacer unboxing descubrimos que nos cuenta una historia
El unboxing de un producto es una experiencia narrativa que va desde el momento en que lo recibimos hasta que lo desempacamos. En ese proceso la marca nos puede contar muchas cosas, un mensaje de bienvenida, una tarjeta con algunas palabras especiales… todo eso nos hace sentir especiales como clientes.
5. Es reutilizable
Un empaque inteligente les dice a los usuarios cómo se puede aprovechar todo el material que les llega a casa: una bolsa reutilizable, plegable para transformar en otro objeto decorativo, en juguete o en objeto de colección es una decisión ganadora.
6. Facilita la devolución
Las devoluciones son pan de cada día en el comercio online. Por eso, un empaque que facilite volver a empacar el producto para retornarlo a la tienda es esencial, pues no obliga al usuario a tener que volver a empacar el producto de la manera adecuada. Además, que la marca le dé la confianza de retornar la compra desde el mismo empaque genera transparencia y honestidad.
7. Se diferencia del resto
Nadie habla de una caja común y corriente, pero sí de algo bien diseñado, nuevo, inesperado. Por eso es importante que el empaque se diferencie de la competencia, se salga de lo usual, destaque entre el lugar común.
8. Conectado con la marca
No se trata de diseñar por diseñar. Un empaque bien pensado siempre lleva los colores, tipografías y patrones de la marca, para que visualmente pueda ser vinculada con ella rápidamente, así como con su discurso. Todo cuenta. ¡En las compras, todo entra por los ojos!
Estos detalles explican por qué a veces preferimos elegir, entre dos productos similares, el más caro: porque se ve mejor, ofrece una mejor promesa de venta y nos brinda una experiencia superior.
Del mismo modo en que seleccionamos un bar para disfrutar de unas cervezas basándonos en su apariencia, decoración, música, comodidad. De igual manera un envase bien diseñado puede influir en nuestra decisión de compra. Y cuando la experiencia de desempaquetar el producto ofrece una narrativa satisfactoria, nos brinda la oportunidad de compartirlo en nuestras redes sociales, presumirlo si así lo deseamos. Es en este punto donde las marcas generan un impacto y aumentan sus ventas, a través del boca a boca que les otorga una reputación positiva entre su audiencia.