Estudiar para aprobar o estudiar para aprender

Ambas cosas son muy distintas, a veces aprobamos un examen con buena nota para darnos cuenta al poco tiempo de que no recordamos prácticamente nada de lo que estudiamos. Entonces, ¿para qué estudiar?

 ·  marzo 20, 2024
Estudiar para aprobar o estudiar para aprender

Ambas cosas son muy distintas, a veces aprobamos un examen con buena nota para darnos cuenta al poco tiempo de que no recordamos prácticamente nada de lo que estudiamos. Entonces, ¿para qué estudiar?

Incluso es normal, cuando ya llevamos estudiando varios años, que al repasar temarios antiguos nos demos cuenta de que hay asignaturas completas que, misteriosamente, se han borrado de nuestra memoria.

Eso es porque no las estudiamos para aprender, sino para aprobar.

¿Por qué ocurre esto?

Inseguridad

Puede que estas lagunas nos causen cierta desazón, sobre todo a la hora de enfrentarnos al mundo laboral. Tenemos por fin nuestro título, pero sentimos que no tenemos ni idea acerca de cuestiones en las que se supone que deberíamos ser expertos.

Bueno, no hay que preocuparse demasiado: esto nos pasa a todos. Nuestra memoria es selectiva porque el cerebro no es un disco duro infinito y nuestros recuerdos se organizan jerárquicamente en función de intereses muy prácticos para el funcionamiento cerebral pero, en ocasiones, poco relacionados con nuestros intereses personales.

De todas formas, llegada esta situación, no debemos preocuparnos: podemos repasar las materias que sean útiles para desarrollar nuestro trabajo y así no se nos olvidarán.

Olvidamos lo que no practicamos

Si nos acordáramos de todo, la vida sería un tormento y apenas podríamos construir un relato coherente sin hacer cientos de referencias secundarias.

Cada pesadilla, cada visita al baño, cada dolor de cabeza, cada beso, cada palabra de cada libro, todo, absolutamente todo, quedaría registrado como si fuésemos grabadoras. Obviamente, tampoco tendríamos amigos.

Lo importante es que sepamos buscar las fuentes de información, que tengamos la curiosidad para ampliarlas y que sepamos que cuanto más pongamos en práctica un conocimiento que hemos adquirido, más sencillo será recordarlo.

Esto es estudiar para aprender. Si todos los días usamos un programa informático para trabajar, difícilmente llegaremos un lunes sin saber usarlo; así de simple.

Tipos de memoria

Hay personas que recuerdan caras, mapas, gráficos, el orden de las palabras en un texto o cualquier imagen de forma automática. Son personas con facilidad para la memoria visual.

También hay personas capaces de identificar voces fácilmente o de encontrar un riff de guitarra similar en dos canciones distintas. Tienen facilidad para la memoria auditiva.

Según nos hayamos educado, según el uso que le hayamos dado a nuestros conocimientos, habremos desarrollado más facilidad para recordar imágenes, sonidos, emociones, olores, pero, aun así, los tipos de memoria que tenemos son dos: memoria a corto plazo y a largo plazo.

Lo que importa saber es que la memoria es entrenable, así que se puede mejorar.

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