¿Cuál es la relación entre la música y las emociones?
La música no solo representa un gusto personal, o una herramienta de entretenimiento o afición, sino que afecta nuestras emociones y nuestro estado de ánimo.
La música no solo representa un gusto personal, o una herramienta de entretenimiento o afición, sino que afecta nuestras emociones y nuestro estado de ánimo.
Así, cada individuo desarrolla, según sus experiencias personales, diferentes gustos y preferencias musicales, pero a pesar de las diferencias, hay respuestas comunes a la música que nos unen a todos.
¿Cómo afecta el tipo de música a nuestras emociones?
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Música estimulante
La compondrían géneros como el pop, rock, salsa, reggaetón, rap, tecno, etc. Aumenta la energía corporal activando los músculos estriados, encargados de la movilización del cuerpo; además, estimula el área subcortical del cerebro, provocando emociones intensas, respuestas viscerales e instintivas, aumentando el nivel de vigilia, atención y excitación.
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El rock
Acelera nuestro ritmo cardiovascular y nos hace sentir seguros, por lo que es perfecto cuando necesitamos una inyección de adrenalina para hacer ejercicio, motivarnos para algún reto, un examen o incluso una cita, y los ritmos latinos dan a nuestro cuerpo una mezcla de dopamina y adrenalina que genera “buen rollo”.
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Música sedante
En ella estarían incluidos géneros como la música clásica, chill out, lounge, bossa nova, jazz, soul, etc. Provoca sedación física, intelectual y contemplativa.
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La música romántica
Tiene la capacidad de hacer que nuestro cerebro segregue oxitocina, la hormona del amor, por lo que nos hace estar más sensible a los sentimientos como el enamoramiento o el dolor, y el jazz y el blues agudizan los sentidos, y generan una sensación de liberación, por lo que son ideales para actividades que requieren creatividad, innovación e imaginación.
¿Qué pasa en el cerebro cuando escuchamos música?
Cuando una melodía nos gusta se activan en el cerebro los mismos centros de placer que si estuviéramos comiendo chocolate o haciendo el amor. Al percibir ondas sonoras, experimentamos emociones que provocan en el cerebro la secreción de dopamina, un neurotransmisor considerado el responsable de las sensaciones placenteras y la sensación de relajación.