¿La música puede destruir células cancerosas? La ciencia responde

La música no solo calma el alma: podría influir en la biología de las células cancerosas. Estudios revelan que ciertas frecuencias alteran la proliferación tumoral y activan genes clave. ¿Pero qué tipo de música es la que ayuda? Sigue leyendo para descubrirlo.👇🏻

 ·  mayo 9, 2025
¿La música puede destruir células cancerosas? La ciencia responde

Durante siglos, la música se ha usado para aliviar el dolor y reducir el estrés, pero ahora se investiga su impacto contra el cáncer. ¿Podría tener la música un efecto directo sobre las células malignas? Investigaciones recientes sugieren que las ondas sonoras no solo calman la mente, sino que también interactúan con la biología celular, modificando la expresión génica e incluso frenando el crecimiento tumoral.

En este artículo, exploramos los hallazgos más fascinantes sobre cómo la música influye en el cáncer, desde cambios en la apoptosis hasta diferencias entre géneros musicales. ¿Estamos ante una futura terapia complementaria?

La música y su impacto en la biología celular

El sonido es una onda mecánica capaz de generar vibraciones en medios líquidos y sólidos. Aunque asociamos su efecto con el oído, estudios demuestran que las células —incluso sin receptores auditivos— responden a estímulos acústicos. ¿Cómo? Las vibraciones alteran la morfología celular, la comunicación entre células y la actividad de proteínas clave.

Experimentos han demostrado que:

  • Las frecuencias bajas pueden relajar membranas celulares.
  • Las altas frecuencias (como las del violín) aumentan la actividad metabólica.
  • La música modula la homeostasis, el equilibrio interno de las células.

Esto plantea una pregunta audaz: si el sonido afecta a células sanas, ¿qué pasa con las cancerosas?

Música clásica vs. death metal: efectos opuestos en el cáncer

Un estudio de la Universidad Católica del Norte (Chile) expuso células de cáncer gástrico a dos géneros radicalmente distintos:

  1. Música clásica (Beethoven): No aumentó la proliferación, pero sí redujo la viabilidad celular en un 20% tras exposición prolongada.
  2. Death metal (Cannibal Corpse): Incrementó la división celular, pero también activó genes proapoptóticos como caspasa-3.

¿La explicación? El death metal tiene frecuencias más agresivas (hasta 15 kHz), lo que podría generar estrés mecánico en las células. En cambio, la armonía clásica parece inducir un efecto regulatorio.

Apoptosis: ¿La música activa la autodestrucción celular?

La apoptosis es el “suicidio programado” de células dañadas, clave para frenar tumores. Estudios con células de cáncer de mama (MCF-7) mostraron que:

  • La Quinta Sinfonía de Beethoven aumentó la expresión de p53 (gen supresor de tumores).
  • La música de Mozart alteró el ciclo celular, deteniendo la fase de replicación (S).
  • En contraste, el death metal reprimió PUMA, un gen promotor de apoptosis.

Esto sugiere que no todas las músicas actúan igual: algunas podrían ser coadyuvantes en terapias, mientras otras acelerarían el cáncer.

Frecuencias específicas: ¿La “nota” que m4ta al cáncer?

La amplitud y el rango de frecuencias son cruciales. Investigaciones señalan que:

  • Las ondas de 40 Hz (presentes en piezas clásicas) estimulan la limpieza de desechos celulares.
  • Los infrasonidos (menos de 20 Hz) pueden dañar membranas tumorales.
  • La música binaural (distintas frecuencias en cada oído) altera la actividad mitocondrial.

Aún falta identificar combinaciones precisas, pero el potencial es enorme.

¿Podría la música ser terapia contra el cáncer?

Los hallazgos son prometedores, pero no concluyentes. La música no reemplaza a la quimio o radioterapia, pero podría:

  • Reducir efectos secundarios (como el estrés oxidativo).
  • Potenciar la apoptosis en combinación con fármacos.
  • Personalizar tratamientos según el tipo de tumor.

Se necesitan más estudios, pero el mensaje es claro: el sonido ya no es solo arte. Es una variable biológica.

La ciencia está descifrando cómo música y cáncer interactúan a nivel molecular. Desde sinfonías que frenan la mitosis hasta metal extremo que estresa células, cada hallazgo abre puertas a terapias innovadoras. Aunque falta camino por recorrer, una cosa es segura: la música no solo sana el alma. Podría estar reprogramando nuestras células.

¿El futuro? Quizá los oncólogos receten playlist personalizados. Mientras tanto, sigue sonando la sinfonía de la investigación. 🎶🔍