Si tu niño interior viera tu LinkedIn, ¿qué pensaría?

¿Recuerdas qué querías ser de grande? Médico, artista, superhéroe... Ahora que eres adulto, ¿tu niño interior reconocería tu vida profesional? Responde este test y descubre si sigues siendo su ídolo.

 ·  abril 30, 2025
Si tu niño interior viera tu LinkedIn, ¿qué pensaría?

Todos tuvimos sueños grandiosos de niños: astronautas, cantantes, veterinarios de dinosaurios… Pero la vida adulta nos llevó por caminos más “prácticos”. Ahora, entre reuniones y facturas, vale la pena preguntarse: ¿tu niño interior reconocería con alegría tu profesión actual? ¿O se escondería decepcionado bajo la mesa?

Este test te ayudará a reflexionar (con humor) sobre si tu carrera honra esos sueños infantiles o si, sin querer, los traicionaste. 🚨

Test: ¿Tu niño interior aplaude o bosteza con tu profesión?

1. En la infancia, ¿qué querías ser “de grande”?

a) Algo creativo (artista, inventor, cuentacuentos).
b) Algo con poder (médico, profesor, presidente).
c) Algo mágico (superhéroe, hada, explorador).
d) “No sé, pero seguro era mejor que esto”.

2. Si tu niño interior viera tu rutina laboral, ¿qué diría?

a) “¡Usas muchos colores en tus gráficos! ¡Eres un mago!”
b) “¿Otra reunión? Aburrido… ¿jugamos después?”
c) “Al menos te pagan, ¿verdad?” (con mirada suspicaz).
d) “¿Y cuándo volvemos a saltar en charcos?”

3. ¿Tu trabajo actual incluye algo que amabas de niño?

a) ¡Sí! Hago algo muy parecido a lo que soñaba.
b) Un poco, pero con menos diversión y más burocracia.
c) Nada que ver, aunque me gusta.
d) Odio mi trabajo y mi niño interior lo huele.

4. ¿Cómo reaccionaría tu yo infantil ante tu salario?

a) “¡Con esto compramos TODOS los juguetes!”
b) “¿Solo? Pensé que ser adulto daba más dinero…”
c) “Bueno, al menos hay para un helado”.
d) “¿Y con eso sobrevivimos?” (preocupación precoz).

5. Si le explicas tu trabajo a tu yo de 8 años, ¿lo entendería?

a) “¡Claro! Suena emocionante”.
b) “Mm… ¿y eso ayuda a alguien?”
c) “Suena complicado, pero confío en ti”.
d) “Prefiero no saber…” (se tapa los oídos).

6. ¿Tu niño interior reconocería tu oficina como un “lugar genial”?

a) Sí, ¡hay juguetes, colores y snacks!
b) Tiene plantas… eso cuenta, ¿no?
c) Es gris y silenciosa, pero mi computadora es rápida.
d) “Esto parece la prisión de los adultos”.

7. ¿Qué pensaría tu yo pequeño de tu horario laboral?

a) “¡Tienes tiempo para jugar después!”
b) “¿Trabajar más de 8 horas? Eso es trampa”.
c) “Al menos duermes… ¿verdad?”
d) “¿Y cuándo vivimos?”

8. ¿Tu profesión actual requiere imaginación, como en la infancia?

a) ¡Totalmente! Cada día invento algo nuevo.
b) A veces, pero con muchas reglas.
c) Cero. Solo sigo instrucciones.
d) “¿Imaginación? ¿Qué es eso?” (trauma adulto).

9. Si tu niño interior viera tu correo electrónico, ¿qué haría?

a) “¡Escribes cartas secretas todos los días!”
b) “Demasiadas palabras… ¿puedo dibujar aquí?”
c) “¿Por qué todos están enojados en CC?”
d) “Prefiero mi cuaderno de garabatos”.

10. ¿Tu niño interior preferiría tu trabajo o una tarde de juegos?

a) “¡Tu trabajo ES un juego!”
b) “Un rato de cada uno, por favor”.
c) “Jugar… pero entiendo que tienes que pagar renta”.
d) “JUGAR. SIN DISCUSIÓN.”

Resultados

  • Mayoría de A: ¡Tu niño interior está ENCANTADO! Eres fiel a sus sueños (o al menos los disfrazaste muy bien).
  • Mayoría de B: Acepta tu carrera… pero con condiciones. Necesitas más creatividad o helados gratis.
  • Mayoría de C: Resignado, pero esperanzado. Cree que aún puedes rectificar.
  • Mayoría de D: Tu niño interior está en huelga. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo solo por diversión?

No se trata de cambiar de carrera, sino de rescatar esa chispa infantil: curiosidad, creatividad y momentos de juego. ¡Tu niño interior sigue ahí, esperando que lo invites a tu vida adulta y a que entienda tu LinkedIn!