¿El noveno mes? La curiosa historia del origen del nombre del mes de septiembre

¿El noveno mes? La curiosa historia del origen del nombre del mes de septiembre

¿Alguna vez te has preguntado por qué septiembre, siendo el noveno mes, tiene un nombre que significa "séptimo"? La respuesta es una fascinante vuelta al pasado, a la época de la Antigua Roma y a un calendario que era muy diferente al que usamos hoy.

 ·  septiembre 3, 2025
¿El noveno mes? La curiosa historia del origen del nombre del mes de septiembre

Pasa el verano, llegan las clases, el otoño asoma… y con él, septiembre. Pero, ¿te has parado a pensar de dónde viene ese nombre? Suena a “siete”, pero es el noveno mes. Algo no cuadra. La clave está en un “error” histórico que se arrastra desde hace milenios. La explicación detrás del origen del nombre del mes de septiembre es una de esas curiosidades que conectan directamente con la Antigua Roma y nos recuerdan que lo que damos por sentado, como el calendario, es el resultado de reformas, poderosos y un poco de lío numérico. ¿Preparado para resolver el misterio?

El calendario de Rómulo: donde todo comenzó (y el año tenía 10 meses)

Todo se remonta al primer calendario romano, atribuido a Rómulo, el fundador de Roma. Este sistema era mucho más simple… y más corto. El año comenzaba en marzo (con la primavera, estación de renacimiento) y terminaba en diciembre. En total, solo 10 meses y 304 días. Los meses de enero y febrero directamente no existían.

En este sistema primitivo, la numeración era clara y literal:

  • Martius (marzo): Mes 1, por Marte, dios de la guerra.
  • Aprilis (abril): Mes 2.
  • Maius (mayo): Mes 3.
  • Iunius (junio): Mes 4, por la diosa Juno.
  • Quintilis (mes 5): Su nombre significa “quinto”.
  • Sextilis (mes 6): Su nombre significa “sexto”.
  • September (mes 7): Su nombre viene del latín septem, que significa siete.
  • October (mes 8): De octo, ocho.
  • November (mes 9): De novem, nueve.
  • December (mes 10): De decem, diez.

Ahí está la primera pista. Septiembre era, efectivamente, el séptimo mes.

La primera gran reforma: llegan enero y febrero

El desfase de este calendario con las estaciones era evidente. Fue el segundo rey de Roma, Numa Pompilio, quien alrededor del 713 a. C. decidió añadir dos meses nuevos al final del año para alinearlo mejor con el ciclo lunar y las estaciones:

  • Ianuarius (enero): Dedicado a Jano, el dios de los comienzos y los portales.
  • Februarius (febrero): Dedicado a las februa, ritos de purificación.

Aunque ahora había 12 meses, el año seguía empezando en marzo. Así, septiembre seguía siendo el séptimo mes, octubre el octavo, y así sucesivamente.

El cambio definitivo: Julio César y el año que duró 445 días

La gran revolución llegó en el 46 a. C. de la mano de Julio César. Asesorado por astrónomos, se dio cuenta de que el calendario estaba completamente desajustado. Su reforma, el calendario juliano, fue drástica:

  • Estableció que el año comenzara el 1 de enero, para honrar al dios Jano y al consulado romano.
  • Reorganizó los meses y los días, creando el sistema de 365 días y años bisiestos.
  • El año 46 a. C. duró 445 días (el “año de la confusión”) para corregir el desfase acumulado.

Con este cambio, marzo se convirtió en el tercer mes. Y aquí viene el “problemilla”: los nombres de los meses numéricos no se cambiaron. Así, September (séptimo) pasó a ser el novenoOctober (octavo) el décimo, y así con los demás. ¡Una reliquia lingüística congelada en el tiempo!

El legado que perdura: un nombre con historia

La historia del origen del nombre del mes de septiembre es un testigo de la evolución cultural. Aunque su posición cambió, su nombre se mantuvo como un fósil lingüístico, un recordatorio de un sistema antiguo. Posteriormente, los meses quintilis y sextilis fueron rebautizados como julio (por Julio César) y agosto (por el emperador Augusto), pero los nombres numéricos de los meses siguientes resistieron todos los intentos de cambio, incluida la posterior reforma gregoriana de 1582.mes.