¿Comer o no carne de cerdo? Mitos y realidades sobre los tatuajes
En principio pueden existir ciertas dudas debido a los mitos que giran en torno a los tatuajes. Por ello, aquí te aclaramos algunos de los mitos.
Una de las actividades más populares de la checklist de cualquier joven es tatuarse, ¿sí o no? Sin embargo, en principio pueden existir ciertas dudas debido a los mitos que giran en torno a los tatuajes. Por ello, aquí te aclaramos algunos de los más frecuentes y no tanto, así como curiosidades que podrían ayudarte a decidir si quieres o no marcar un diseño sobre tu piel.
El origen de los tatuajes
Los tatuajes tienen una larga tradición cultural, de manera que los antecedentes de los tatuajes más antiguos se remontan a miles de años. De hecho, solo para que te des una idea, Otzi, el denominado “hombre de hielo” del que se recuperó su cuerpo en los Alpes en 1991, presenta una gran cantidad de tatuajes (61). Tiene en sus piernas, muñecas y espalda unos cuantos tatuajes.
En Japón existen tumbas que datan de hace 3 mil años A.C. donde podemos encontrar cerámica con la que se representaba a los muertos con marcas faciales.
En fin, son muchas culturas y épocas en las que los tatuajes han tenido diferentes significados que van desde lo mágico a lo curativo, pasando por lo social o con atribuciones religiosas.
Por otro lado, existen ciertas ideas alrededor de los tatuajes, en su mayoría mitos basados en estigmas o prejuicios. Veamos algunos ejemplos y descubre cuáles son mitos y cuáles son verdaderas.
Mitos y verdades sobre los tatuajes
1. “No se puede donar sangre si estás tatuado”
Mito. La realidad es que luego de realizarse un tatuaje es conveniente esperar de 6 a 12 meses para poder donar sangre. Esto es porque cuando se hace un tatoo hay una herida que va hasta la dermis, una capa profunda de la piel, por lo que hay que esperar varias semanas hasta que dicha herida sane, cicatrice y deje de haber inflamación. Este periodo es para que se curen por completo.
2. “Es peligroso tatuarse durante el embarazo”
Verdad. Durante el embarazo, en general existen ciertas restricciones con el fin de evitar que la madre contraiga algún tipo de enfermedad que ponga en riesgo su vida y/o la del bebé. Por lo que, de manera preventiva, es muy recomendable no hacerse tatuajes durante este periodo para evitar complicaciones relativas al tatuaje, como infecciones o reacciones adversas a las tinta, que terminen en situaciones de peligro.
3. “Un tattoo puede doler más dependiendo de la zona del cuerpo”
Verdad. Casi como regla general, las zonas del cuerpo en las que hay menos masa muscular son las más dolorosas al tatuarse. Por eso es que entre más cerca de un hueso trabaje el tatuador, más te dolerá. ¿Y qué partes son esas? Algunos ejemplos son las ingles, las muñecas, la caja torácica, los párpados, los gemelos, los pies, las rodillas y, por supuesto, la lengua.
4. “Con el paso del tiempo, los tatuajes se ponen borrosos y cambian de color (azulados)”
Mito. Esta idea tiene que ver más con aquellos tatuajes de muy mala calidad, realizados con equipo obsoleto. Actualmente, la mejora en la calidad de las máquinas para tatuar eliminaron la posibilidad de que un tattoo se vuelva azulado, aunque también es cierto que dependerá de la habilidad del tatuador en las técnicas empleadas.
5. “Las personas con diabetes no pueden tatuarse”
Medio verdad, medio mito. Si bien es cierto que no está recomendado que una persona hemofílica, diabética o con enfermedades dermatológicas se tatúe, siguiendo estrictamente algunas indicaciones sí pueden tatuarse. Para eso, deberán tener bajo control los niveles de glucosa. Y comprobar que llevan adelante un cuidado perfecto de su salud, ya que más propensos a las infecciones y la mala cicatrización.
6. “Es muy peligroso comer carne de cerdo luego de tatuarse”
Verdad (hasta cierto punto). Cuando los cerdos procesas sus alimentos, resulta que no logran deshacerse de las toxinas y residuos con la misma efectividad que lo hacen los humanos.
Aunque a ellos no les afecta en su salud, en su carne quedan atrapados dichos elementos, por lo que si comemos sus productos derivados, y este no se encuentra totalmente desinfectado, eso llegará a nuestro torrente sanguíneo, generando amplias posibilidades de infección. Así pues, la alimentación que tengas terminará por repercutir directamente en el proceso de cicatrización. Es por eso importante que posterior a la realización de tu nuevo tatuaje, cuides muy bien todo lo que comes.