Relación entre personalidad, carrera y empleo
¿Qué te importa más ganar bien, trabajar en un lugar que te guste o ganar bien y trabajar en un lugar en el que estés contento?
Al buscar un trabajo pareciera que la consigna es: trabajo en una oficina donde me va bien pero ,me aburre lo que hago,, o al revés, estoy en un lugar agradable, pero la paga es mala”.
La personalidad no siempre ocupa el primer lugar en prioridades al buscar un puesto; lo que importa “es conseguir una oferta” en un mercado saturado. Sin embargo, reconoce que la forma de ser de un profesionista es un factor de peso cuando tiene que decidir qué actividad laboral elegirá como proyecto de vida, o si desea o no hacer trayectoria en una empresa e industria.
¿Por qué es valioso?
Entender qué tipo de personalidad tienes permite anticipar cómo te adaptarás al ambiente dentro de una organización, y cómo responderás a las demandas de esa firma. “Este concepto influye en el grado de satisfacción que el empleado siente en su quehacer diario. Si es una persona con necesidad de ser reconocido en varios ambientes y aborrece cumplir con horarios, no le conviene contratarse en un lugar de planta, sino gestionar en forma independiente su trabajo”, explica la orientadora vocacional y psicóloga por la UNAM, Leticia Pérez.
La conexión entre personalidad y empleo se convirtió en el foco de los estudios del psicólogo estadounidense John Holland, cuya clasificación fue adoptada por el departamento del Trabajo de Estados Unidos.
La personalidad es el conjunto de actitudes, hábitos y conducta de cada ser humano que persisten a lo largo del tiempo frente a distintas situaciones y, según Holland, un profesionista puede tener intereses asociados a los siguientes seis patrones:
– Realista: es el profesionista práctico, orientado al uso de herramientas.
– Investigador: analético, intelectual, cientéfico, explorador.
– Artéstico: creativo, original e independiente, pero – a su vez- un tanto caótico.
– Social: empleado que gusta de enseñar, transmitir y dar un servicio vinculado a comunicar.
– Emprendedor: se mueve en entornos competitivos, le apasiona el liderazgo y es persuasivo.
– Convencional: orientado a los detalles y la organización.
Leticia Pérez señala que hay dos o tres tipos de personalidades que predominan en un profesionista, en los cuales se deben fijar al considerar un empleo. “La posibilidad de que alguien permanezca mucho o poco tiempo en un proyecto depende de sus caracterésticas personales, no sólo de tener una propuesta laboral interesante. Puedes estar en una compañéa, con prestaciones de ley, pero si sientes que tus funciones no aportan nada a lo que eres y quieres, terminas por renunciar”, dice la especialista.
(Fuente: CNN Expansión)
Por: Guía Universitaria