¿Sabías que la flor de Nochebuena es un regalo de México al mundo? Este es su origen prehispánico
Cada invierno, una explosión de color rojo decora calles, hogares y centros comerciales en medio mundo. La llamamos Poinsettia, Flor de Pascua o, en español, flor de Nochebuena. Pero lo que pocos saben es que esta planta navideña por excelencia tiene un pasaporte mexicano. Su verdadera historia comienza mucho antes de la Navidad moderna, en el
Cada invierno, una explosión de color rojo decora calles, hogares y centros comerciales en medio mundo. La llamamos Poinsettia, Flor de Pascua o, en español, flor de Nochebuena. Pero lo que pocos saben es que esta planta navideña por excelencia tiene un pasaporte mexicano. Su verdadera historia comienza mucho antes de la Navidad moderna, en el corazón de Mesoamérica. El origen de la flor de nochebuena es un relato fascinante que une rituales prehispánicos, diplomacia del siglo XIX y un éxito comercial global.
¿Preparado para conocer cómo la Cuetlaxóchitl se convirtió en el regalo de México a la Navidad?
Raíces sagradas: La Cuetlaxóchitl en el México antiguo
Lejos de los adornos luminosos, el origen de la flor de nochebuena está ligado a la tierra y los dioses. Los mexicas la conocían como Cuetlaxóchitl, que en náhuatl significa “flor que se marchita” o “flor de cuero”. Para ellos, su vibrante color rojo simbolizaba la pureza y la nueva vida, y era mucho más que un simple ornamento:
- Uso ceremonial: Los tlatoanis la cultivaban en sus jardines y era utilizada como ofrenda en rituales y como trofeo para guerreros.
- Propiedades medicinales: Su látex blanco se usaba tradicionalmente para tratar algunas afecciones de la piel y, se creía, para aumentar la producción de leche materna.
- Símbolo de renovación: Su floración en el solsticio de invierno la vinculaba con el renacimiento del sol, un concepto que, más tarde, facilitaría su adopción en otra festividad.
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De Taxco para el mundo: La transformación navideña
La conexión entre el origen prehispánico de la flor de Nochebuena y la Navidad católica no es casual. Ocurrió en el siglo XVI, durante el proceso de evangelización en la Nueva España.
Se atribuye a los frailes franciscanos de la región de Taxco, Guerrero, el haber integrado la Cuetlaxóchitl en las festividades del pesebre o Nacimiento, aprovechando su floración en diciembre y su simbólica relación con la vida nueva. Así, una planta sagrada para los pueblos originarios comenzó a representar la estrella de Belén y la sangre de Cristo.
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Poinsett y la globalización de una flor
El nombre “Poinsettia” nos da la pista del siguiente capítulo. En la década de 1820, Joel Roberts Poinsett, el primer embajador de Estados Unidos en México y aficionado a la botánica, quedó maravillado con la flor durante su estancia. La envió a invernaderos en Filadelfia, donde comenzó su cultivo y adaptación.

En su honor, se le bautizó botánicamente como Euphorbia pulcherrima, pero popularmente como “Poinsettia”. De Estados Unidos, saltó a Europa y, gracias a innovaciones hortícolas masivas en el siglo XX, se convirtió en la planta en maceta más comercializada del mundo durante la temporada navideña.
Datos que te sorprenderán: La Nochebuena en cifras
- Un gigante silvestre: En su hábitat natural en México, puede crecer hasta 6 metros, convirtiéndose en un arbusto leñoso.
- Lo rojo no es la flor: Las famosas “hojas” rojas son en realidad brácteas (hojas modificadas). Las flores verdaderas son los pequeños botones amarillos del centro.
- Potencia productiva: México es el tercer productor mundial, con más de 19 millones de plantas anuales, aunque Europa y EEUU lideran el mercado.
- Muchos nombres, una sola flor: Se la conoce como Pastora, Corona del Inca, Estrella Federal o Flor de Nadal, según el país.