Leonora Carrington, Remedios Varo y Kati Horna: ¿Por qué son conocidas como ‘las Brujas del Arte’?
¿Listo para un viaje al corazón del surrealismo más transgresor? 🎨 Descubre a las 'Brujas del Arte": Leonora Carrington, Remedios Varo y Kati Horna. Esta hermandad de artistas no solo desafiaron a su tiempo, sino que lo hechizaron con su pintura, fotografía y una amistad legendaria. Te contamos los secretos de su magia creativa.
Imagina un círculo secreto de creadoras, un aquelarre donde la pintura, la fotografía y la alquimia se mezclaban con la rebeldía. No es el argumento de una serie de fantasía, sino la historia real de tres mujeres excepcionales que, huyendo de una Europa en guerra, encontraron en México el crisol perfecto para forjar su leyenda. Hoy se les conoce como las “brujas del arte”, un título que llevan con orgullo y que resume su espíritu transgresor.
Leonora Carrington, Remedios Varo y Kati Horna no solo desafiaron la historia del arte, dominada por hombres, sino que rompieron todos los moldes con una obra profundamente personal, mística y feminista. Esta es la historia de la hermandad creativa que cambió el surrealismo para siempre.
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¿Quiénes son las llamadas “brujas del arte”?
Lejos de ser un mote despectivo, el término “brujas del arte” celebra la naturaleza visionaria y subversiva de estas tres artistas. Provenientes de rincones distintos de Europa, su destino se unió en la Ciudad de México a mediados del siglo XX, formando un vínculo de amistad y complicidad creativa sin igual.
- Leonora Carrington (Reino Unido/México): Pintora y escritora. Su obra es un portal a universos oníricos poblados por criaturas híbridas, mujeres poderosas y simbolismos alquímicos. Su narrativa visual desafía las lógicas convencionales, sumergiéndonos en un surrealismo mágico de su propia cosecha.
- Remedios Varo (España/México): Pintora de técnica impecable y narrativa compleja. En sus lienzos, la ciencia, la mecánica y la magia se entrelazan en escenas poéticas y enigmáticas. Sus personajes, a menudo autorretratos velados, emprenden viajes espirituales y alquímicos, explorando la libertad creativa en su máxima expresión.
- Kati Horna (Hungría/México): Fotógrafa surrealista y fotoperiodista. Su lente capturó lo extraordinario en lo cotidiano. Con composiciones innovadoras y un magistral uso de la sombra y el claroscuro, construyó un archivo visual transgresor que documentaba no solo la realidad, sino también los sueños.
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5 cosas que no conocías sobre las tres brujas del arte
Su historia está llena de detalles fascinantes que revelan la profundidad de su conexión:
- Un trío de talento diverso: Mientras Carrington y Varo brillaron en la pintura, Horna lo hizo tras la cámara, demostrando que la creatividad femenina no tiene límites de medio o formato.
- Ciudadanía por convicción: Aunque nacieron en Europa, las tres adoptaron la nacionalidad mexicana, encontrando en su exilio una nueva patria que acogió su arte sin prejuicios.
- Intereses más allá del lienzo: Su hermandad se cimentaba en una curiosidad insaciable por el ocultismo, la alquimia, el psicoanálisis y la astrología, temas que son el alma de sus obras.
- Colaboración en lugar de competencia: Lejos de los egos masculinos, ellas trabajaban juntas, compartían ideas e incluso se prestaban objetos para sus creaciones.
- La fotografía que lo simboliza todo: Existe una imagen icónica, tomada por Kati Horna, donde Remedios Varo porta una máscara creada por Leonora Carrington. Esta instantánea es el testimonio perfecto de su fusión artística y su inquebrantable amistad.

¿Por qué sus obras rompieron el molde?
Las “brujas del arte” representaron una ruptura del canon artístico por partida doble. Primero, como mujeres en un movimiento, el surrealismo, que a menudo las relegaba a musas. Ellas se apoderaron de la narrativa y se convirtieron en artistas transgresoras.
Segundo, su obra era una abierta rebelión contra la censura, no solo política, sino también de la imaginación. Al incorporar lo místico y lo femenino como ejes centrales, crearon un legado artístico feminista que inspiró a generaciones futuras. No se conformaron con seguir las reglas; las reescribieron con pinceles, palabras y fotografías, demostrando que el arte verdadero a veces requiere un poco de magia.