¿Cómo utilizar el pensamiento lateral para resolver problemas?
Lo que busca el pensamiento lógico es eliminar esas relaciones preestablecidas y producir ideas que se separan de las formas habituales de pensamiento. Así, busca romper patrones y permitir ideas más creativas.
El pensamiento lateral puede ahorrarte dolores de cabeza y valiosas horas de tu tiempo. Con las técnicas adecuadas es posible aprender a resolver problemas.
Profesionales de todas las áreas pueden emplear este tipo de pensamiento como forma de mejorar su perfil.
Si revisas los portales de empleo en busca de ofertas laborales o analizas los estudios que revelan las habilidades blandas más buscadas por los empleadores, encontrarás en reiteradas oportunidades a la resolución de problemas. Este requisito se repite sin importar sectores, cargos profesionales o áreas de especialización.
En el mercado competitivo actual, las compañías de todas las áreas necesitan trabajadores capaces de brindar soluciones a sus problemas y desafíos, por ello demandan esta habilidad.
La misma puede ser innata, pero también aprendida y educada mediante técnicas y actividades concretas. Un ejemplo de ello es el pensamiento lateral.
Este concepto o técnica surge gracias al trabajo del psicólogo Edward de Bono, quien en 1967 publicó su libro titulado “New Think: The Use of Lateral thinking” y dio origen a esta idea que actualmente se emplea como herramienta para resolver problemas de forma imaginativa.
En esencia, se trata de una forma de organizar los procesos de pensamiento para optimizar la generación de estrategias. Para ello se recurre a formas diferentes a las del pensamiento lógico, es decir, el que parte de las relaciones entre los objetos.
Lo que busca el pensamiento lógico es eliminar esas relaciones preestablecidas y producir ideas que se separan de las formas habituales de pensamiento. Así, busca romper patrones y permitir ideas más creativas.
¿Cómo emplearlo para resolver problemas?
Emplear esta técnica requiere alejarse de los puntos de vista habituales y abrirse a la diversidad. Es decir, no dar nada por sentado.
Para resolver un problema con el pensamiento lateral, se recomienda:
- Enfocar en el problema y no en la posible solución.
- Hacerse preguntas de manera constante, sobre lo que se quiere lograr y por qué se quiere conseguir.
- Realizar lluvias de ideas con palabras asociadas al problema en cuestión.
- Intentar comparar la situación actual con otras, para verlo de forma diferente.
- Dividir al problema en distintas partes y analizarlas por separado.
Como técnica, esta puede ser de utilidad para todo tipo de profesionales, sin importar su cargo o sector. Pero además, resulta un excelente medio para emprendedores que buscan pensar sus problemas de forma creativa, y así dar lugar a soluciones innovadoras.