10 datos que quizá no conocías sobre Sor Juana Inés de la Cruz
También conocida como “La Décima Musa”, Sor Juana Inés de la Cruz es una de las figuras más representativas de la literatura en lengua española. Aquí algunos datos sobre ella.
También conocida como “La Décima Musa”, Sor Juana Inés de la Cruz es una de las figuras más representativas de la literatura en lengua española. Para conmemorar su nacimiento, un 12 de noviembre de 1651, te presentamos estos 10 datos que quizá no conocías sobre ella.
1. Su fecha de nacimiento es un misterio
En realidad, su fecha de nacimiento representa todo un debate, pues no se tiene del todo claro el año real en que llegó a este mundo. Por un lado, uno de sus primeros biógrafos, Diego Calleja, señala que habría nacido un 12 de noviembre de 1651. Sin embargo, más tarde se halló un documento (una fe de bautismo) que indica que nuestra monja habría nacido en 1648 en la hacienda de San Miguel Nepantla, en el actual Estado de México, cuando nuestro país aún se llamaba Nueva España. En el acta de bautismo figura su nombre completo: Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana.
2. ¡Aprendió a leer y escribir a los tres años!
Quizá en la actualidad esto no resulte tan extraño, pero en aquél entonces la educación para las mujeres era muy restringida (no prohibida como se suele pensar), por lo que este hecho deja sin lugar a dudas la genialidad innata de Juana Inés.
3. Se crió con sus abuelos
Pasó su infancia al cuidado de sus abuelos maternos, Don Pedro Ramírez y Beatriz Rendón. Don Pedro era hacendado en Panoaya, en la actual Amecameca, cuyos trabajadores, evidentemente a escondidas, instruyeron a Juana Inés en las antiguas tradiciones del México prehispánico, así como en la lengua náhuatl.
4. Entre los seis y los ocho años escribió su primera obra literaria
Se trata de una loa (breve pieza teatral) que dedicó a la festividad católica del Corpus Christi, y que tituló “Loa al santísimo Sacramento“. Pero, por si fuera poco, la escribió en náhuatl y español.
5. Aprendió latín a la perfección
Cuando en 1656 falleció su abuelo, fue enviada a la Ciudad de México, donde habitó en la casa de su tía María Ramírez, y donde recibió sus primeras lecciones de gramática latina. Muchos historiadores coinciden en que pasó poco tiempo antes de que Juana Inés dominara a la perfección la lengua oficial de la Iglesia católica.
6. Antes de ser monja, trabajó para la Corte de los Virreyes de la Nueva España
El genio, el carisma y la belleza de Juana Inés rindieron fruto cuando fue seleccionada para ingresar a la corte del virrey Antonio de Toledo y Salazar como dama de compañía de la virreina Leonora María del Carretto con tan sólo 15 años de edad. Sin embargo, su estancia no se prolongó más allá de dos años.
7. No soportó el régimen de vida de las monjas carmelitas, y renunció
Cuando Juana Inés se cuestionó sobre el matrimonio y el destino gris de las mujeres que debían someterse a sus maridos, decidió que casarse no era lo suyo. Su única alternativa fue ingresar al convento de San José de las Carmelitas Descalzas en agosto de 1667, pero las duras condiciones de la vida en el convento, la obligaron a abandonarlo cuatro meses después.
8. Como estaba decidida a no casarse, optó por retomar la vida religiosa en otra orden
Retomó la empresa religiosa al ingresar al Convento de Santa Paula de la orden de las Jerónimas, de naturaleza más comprensiva y tolerante, y donde tomó el hábito ya como Sor Juana Inés de la Cruz en 1669. Al interior de su celda (los cuartos de las religiosas), guardaba con recelo alrededor de 4 mil volúmenes de las más variadas disciplinas y campos del saber, además de instrumentos musicales y de ciencia como un telescopio.
9. Tenía sobrenombres
Sor Juana Inés de la Cruz también fue conocida por sus dos sobrenombres: “El Fénix de América” y sobre todo por el de “La Décima Musa” debido a la calidad de su extensa obra, que sacudió al mundo literario de su tiempo, mismo que la colocó en un muy merecido lugar junto a las nueve musas que inspiraron las ciencias y las artes de la tradición helena.
10. Su fama llegó al viejo continente
Su primer libro publicado, “Inundación Castálida“, vio la luz en España en 1689, donde ya gozaba de una inusitada fama. De hecho, era leída en la gran vastedad del mundo hispano parlante, e inclusive en Portugal. Escribió más de un centenar de obras, entre sonetos, loas, piezas teatrales, y un sinfín de géneros literarios, cuya aportación a la literatura mexicana es sencillamente invaluable y muy apreciada hasta nuestros días.