Hablar del Medio Oriente puede parecer un tanto exótico, pues la mayoría de las personas cree que no tenemos mayor relación con esta parte del mundo, excepto el pan o tacos árabes. Sin embargo, para no ir tan lejos, nuestro propio idioma es muestra de la presencia de Medio Oriente en México y los países de habla hispana en general. ¿Te gustaría conocer a detalle cuáles son las palabras en español que provienen del árabe? *Alerta Spoiler: no todas empiezan con “Al”, como las que te aprendiste en la primaria.
¡Sí! Existen aproximadamente cuatro mil palabras de origen árabe dentro del idioma español, producto de la influencia de la cultura musulmana que convivió por alrededor de 800 años con los habitantes de la península ibérica en la región de Al-Ándalus, entre los siglos VII al XV.
Todo comenzó en el año 711 con la conquista musulmana de la península ibérica. Entraron por el sur de España, zona a la que luego denominaron Al-Ándalus y que hoy conserva el nombre con el topónimo de Andalucía.
Bajo distinta figuras administrativas y dinastías, los árabes permanecieron en el poder hasta la toma de Granada por parte de los Reyes Católicos en 1492, en la denominada Reconquista.
Población arabófona hubo en la península hasta 1609-1612, tras los edictos de expulsión de Felipe III. Los historiadores coinciden en que una pequeña parte de los invasores hablaba árabe, mientras que la mayoría hablaba bereber, una lengua del norte de África.
Los arabismos no se incorporaron al castellano al mismo tiempo ni todos se mantuvieron. Algunos aparecieron, desaparecieron y tomaron una nueva forma a lo largo de los años.
De acuerdo con Ángeles Vicente, profesora titular del área de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Zaragoza (España), lo que más abunda son los sustantivos, aunque también hay algún que otro adjetivo y algún verbo.
Pero, ¿qué palabras en específico? La experta señala algunas de los siguientes campos léxicos:
Las que todos seguro identificamos rápido son las palabras que empiezan por “al”. Se trata de préstamos que pasaron con el artículo definido que, en árabe, es único, “al”, en contraposición a “el/la/los/las” del castellano. Así ocurrió con almohada (al mihaddah) o albañil (al bannā’). Buena parte de las que empiezan con “a” tienen el mismo origen, solo que la “l” del artículo “al” se asimila, como ocurre con azafrán (al za’farān).
Si revisáramos el “Diccionario de la lengua española” encontraríamos infinidad de palabras con su origen en árabe escrito al inicio. Por ejemplo:
Alardear. El origen de esta palabra poco tiene que ver con su significado actual. Ni siquiera existía como verbo. Lo que ha llegado a nosotros es la derivación de un sustantivo, “alarde” (al’árḍ), que era pasar revista a las tropas.
Cifra.Los musulmanes se distinguían por ser ser muy buenos en matemáticas, así que no es de extrañar que nos hayan quedado palabras como esta, cifra (ṣífr), que originalmente significaba “vacío” y hoy usamos para referirnos a un número.
Elixir. Al buscar en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, la primera acepción que nos dará para esta palabra es la de “piedra filosofal”, que si eres fan de Harry Potter lo vas a entender perfectamente, pero si no, a lo mejor te suena a algo raro y lejano. Pero esto no lo inventó J. K. Rowling, sino que viene del árabe clásico al’iksīr.
Fulano. Con fulanito o fulano nos referimos a alguien cuyo nombre no conocemos o al que no queremos nombrar, y viene de fulān. ¡Sí! Se trata de un arabismo.
En balde. Si alguna vez pusiste mucho empeño en algo pero que no sirvió para nada, tu esfuerzo habrá sido en balde (bāṭil), en definitiva, será un esfuerzo inútil, en vano o sin valor, precisamente el significado original de este arabismo.
Hazaña. Cuando alguien hace algo heroico o ilustre decimos que ha hecho una hazaña (ḥasanah), aunque originalmente se refería a una buena acción.
Joroba. La que tiene el famoso campanero de Notre Dame o lo que tienen los camellos, esa protuberancia en la espalda que también puede ser esa cosa que nos fastidia y nos joroba (ḥadabah).
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Tamarindo. ¡Sí, así como lo lees! Resulta que este fruto del que sale un jugo delicioso es originario de Asia y su nombre viene del árabe tamr hindī, literalmente “dátil índico”.
Titiritero. Esa persona que maneja las marionetas, o títeres debe su nombre a una expresión muy curiosa del árabe, que es tiríd tirí y significa “¿quieres venir?”.
“¡Alabín alabán alabín bon ban!”. La clásica porra para animar a alguien (inicialmente destinado a equipos) proviene del árabe alla’ibín áyya ba’ád alla’ib bón bád y significa “jugadores, venga ya, el juego va bien”.
Sembrar, fulano, aceite, tamiz, jarra, loza, estrella, altar, tabaco, algodón, taza, almohada, jarabe, alfil, mezquino, comino, sed y nácar
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