Cada vez se vuelve más común que en las calles o lugares públicos encontremos redes Wi-Fi de libre conexión. Pero hay que tener cuidado, pues podemos exponer datos sensibles y que no queremos compartir. ¿Sabes cuáles son los riesgos de este tipo de conectividad? Aquí te decimos lo que no debes hacer si te conectas a una red wifi pública. “Más vale prevenir…”
Si tienes activada esta opción en la que el dispositivo detecta automáticamente las redes wi-fi, más vale que lo cambies, pues representa un gran riesgo de seguridad. Y es que la conexión automática nos impide saber cuándo la red Wi-Fi pública está conectada y en uso, abriendo la puerta a hackers y estafadores donde quiera que vayas.
Los enrutadores falsos están diseñados para parecer legítimos, pero los intrusos informáticos son los que los controlan. Con este método popular, llamado ataque de Hombre en el Medio (man-in-the-middle), el invasor intenta interponerse entre nosotros y nuestra información personal almacenada en una web bancaria o en un correo electrónico.
Para evitar este tipo de incidentes, si no sabes a quién pertenece la red o quién la administra, simplemente no la uses. Estés donde estés, verifica con el dueño del establecimiento en el que te encuentres el nombre de la red antes de conectarse a ella.
Evita consultar cualquier web o aplicación financiera mientras estés en una red Wi-Fi pública. Es mejor que para estos casos recurras a tus datos o la red 4G para conectarse a Internet y hacer las operaciones pertinentes. Si bien las redes móviles no son completamente seguras, son más difíciles de hackear que la Wi-Fi.
Además, puedes configurar capas de seguridad adicionales para cualquier cuenta bancaria. Por ejemplo, la autenticación de dos factores hace que sea aún más difícil para los ladrones acceder a la información, y lo único que tenemos que hacer es verificar un mensaje de texto o una aplicación de identificación para obtener un código personalizado.
Esta es una de la principales actividades que se realizan en el día a día, pero es importante cuidar tanto como sea posible la información que colocamos dentro de ellas. En el caso de que nos veamos obligados a conectarnos a una WiFi pública para consultarlos o cargar contenido, lo ideal es que nos desconectemos cuando terminemos y cambiemos las contraseñas de las plataformas utilizadas.
De igual menera, en el caso de usar el correo electrónico, se recomienda no usar cuentas importantes, como la del trabajo, en las que aparezca información relevante. En este caso, lo más seguro es crear una nueva cuenta de usuario para enviar los mensajes que sean necesarios.
En general, lo mejor es acceder a páginas web seguras (aquellas que comienzan con https en lugar de http en la dirección). Esta “s” nos indica que la web utiliza un protocolo web de cifrado seguro para proteger la confidencialidad de las actividades o transacciones online. Una red privada virtual (VPN) también ofrece una conexión cifrada y segura que nos puede ayudar a protegernos de las escuchas digitales incluso cuando estamos en una red Wi-Fi pública.
Toda precaución es poca y recuerda que una vez que consiguen entrar, es muy complicado volver atrás, por ello, más vale tomar las precauciones si es que necesitarás sí o sí de una red Wifi, aunque sea pública.
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