Ahorrar tiempo, dinero y hasta tener una mejor salud mental son algunas de las ventajas de vivir cerca de la universidad, y para este caso las universidades privadas resultan ser una buena opción e inversión. ¿No lo crees o simplemente no lo habías pensado? Aquí te contamos más detalles que te sorprenderán.
En México, los aspirantes a ingresar a una carrera suelen tener como primeras opciones universidades de alta demanda; ya sea porque privilegian el prestigio, la popularidad o los espacios del campus. Sin embargo, la distancia entre el hogar y la uni suele ser un factor fundamental para los estudiantes, y vale la pena recordar por qué es de los puntos más importantes a considerar; de hecho, es un punto del que se desprende el resto de las ventajas, veamos por qué.
¿Amas tu carrera, pero odias tener que salir súper temprano de casa para llegar a tiempo a tus clases de la universidad? Seguro no eres la única persona que piensa en lo feliz que fue y no lo sabía al tener la primaria o secundaria a unas cuantas calles. Sin duda, la escuela cerca de casa ya es un beneficio por sí mismo, pero ¿has pensado en el resto de las ventajas que implica vivir cerca de la uni que ahorran mucho más que tiempo?
El efecto dominó que provoca un simple cambio como el hecho de vivir cerca de la universidad te impresionará, ya que no solo se trata del tiempo que nos ahorra, sino de los beneficios adicionales que hace sentirnos agradecidos con el de arriba. 🙏
De hecho, un estudio realizado hace un par de años, El costo de la congestión: vida y recursos perdidos, por el IMCO y SinTráfico, reveló que en 32 ciudades analizadas (de mayor actividad económica del país), cada persona pierde en promedio 100 horas adicionales en sus traslados al año: los usuarios del transporte público pierden 118 horas al año, mientras que quienes usan automóvil pierden 71 horas.
Como verás, el tiempo perdido tan solo en el trayecto se resume en el esfuerzo empleado no solo para levantarte o irte más temprano, sino en tener que lidiar con las peripecias del camino como el tráfico impredecible.
En cambio, al vivir cerca de la universidad, tendrás menos probabilidad de sufrir a diario esos molestos contratiempos. También podrás aprovechar tu tiempo para comer mejor, lo cual te ayudará a tener energía suficiente y canalizarla en tus estudios.
El dinero es algo que valoramos aún más durante la etapa universitaria, pues los esfuerzos para hacerlo rendir muchas veces son de admirar. Podría pensarse que se gasta menos yendo a una universidad pública que a alguna de las universidades privadas, pero en realidad es cuestión de enfoque. Si hicieras cuentas entre lo que gastas en transporte y comidas, más los momentos de ocio que se antojan durante el trayecto entre la casa y la uni, durante todos los años de la carrera, tal vez notarías que no hay tanto ahorro como piensas.
Es un aspecto que nadie debería perderse durante la vida como universitario, ya que, seamos honestos, no todo es estudio.
Contar con tiempo adicional, te permitirá contemplar seriamente la opción de trabajar y estudiar, de manera que obtengas experiencia antes de terminar la carrera, además de generar ingresos.
También te quedará tiempo para asistir a congresos, seminarios, talleres, ponencias y demás actividades que tanto enriquecen la formación académica. Además, podrás disfrutar y aprovechar las herramientas y amenidades recreativas que tu universidad pone a disposición para tu formación, tales como las bibliotecas, salas de estudio o de prácticas; o bien, las canchas y gimnasios para practicar algún deporte. Te sorprendería saber que la gran mayoría de los universitarios van de su casa a la escuela y viceversa sin enterarse de las actividades y espacios que su institución les ofrece.
“La escuela no hace al estudiante” es una frase popular que tiene mucho sentido cuando nos ponemos a pensar en que todo depende del esfuerzo real del estudiante para aprovechar las herramientas con las que cuenta al superarse. Lo de hoy es elegir programas de estudio que de verdad se adapten a tus necesidades de vida y buscar alternativas.
Si al momento de elegir universidad valoraste todos los aspectos y te decidiste por una pública, pero no conseguiste un lugar, lo mejor es contar con un Plan B.
Existen opciones de universidades privadas que ofrecen comodidades que las públicas no y que suelen ser rentables a corto y largo plazo. Por ejemplo, si vives en la zona centro de la capital del país, hay instituciones como la Universidad ETAC, cuyos programas se enfocan en las necesidades de los estudiantes académicos y económicos, pues cuentan con programas de apoyos como becas y descuentos (por convenio, por pase, por aprovechamiento), créditos, facilidades de pago (pagos por materia) y bolsas de trabajo.
En este nuevo campus, los planes de estudio que se ofertan, responden al mercado laboral, tales como:
Por supuesto, apoyado de espacios de formación como laboratorio de Ingeniería Industrial, sala de Juicios Orales, Cámara de Gessel, biblioteca y laboratorio de cómputo.
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