Nobel de Química quiere que estudiantes mexicanos aprendan a preguntar

La situación económica es muy importante si tenemos una visión a largo plazo de fomentar la ciencia y la innovación; sabemos que los países que invierten más en esos rubros son los que más han progresado económicamente, aseguró Mario Molina, Premio Nobel de Química 1995. De lo anterior “no cabe la menor duda”, como tampoco

 ·  julio 4, 2019
Nobel de Química quiere que estudiantes mexicanos aprendan a preguntar

La situación económica es muy importante si tenemos una visión a largo plazo de fomentar la ciencia y la innovación; sabemos que los países que invierten más en esos rubros son los que más han progresado económicamente, aseguró Mario Molina, Premio Nobel de Química 1995.

De lo anterior “no cabe la menor duda”, como tampoco de que la ciencia juega un papel fundamental en el desarrollo económico de la sociedad moderna; “en México debemos empujar esa idea con mucha fuerza, mejorar la enseñanza y dar facilidades para que haya innovación”, declaró a Notimex.

El poseedor de más de 40 Doctorados Honoris Causa y distinciones como los premios Tyler de Energía y Ecología que recibió en 1983 y el Sasakawa de las Naciones Unidas, de 1999, lamentó que en el país existan pocas patentes.

El destacado científico mexicano subrayó convencido que en México se debe cambiar esta situación, con la finalidad de que la nación alcance niveles importantes de educación e investigación.

El consejo para todos los jóvenes de México que da el ingeniero químico por la UNAM y doctor en fisicoquímica por la Universidad de California “es que sigan estudiando, porque el estudio es interesantísimo, que aprendan a aprender, y que aprendan a preguntar. Además, que nunca olviden que hay que innovar”.

Molina-Pasquel Henríquez es reconocido por la comunidad científica mundial como uno de los más influyentes investigadores de la química atmosférica. Sus estudios le permitieron, con F.S. Rowland, escribir en 1974 un artículo que predecía el adelgazamiento de la capa de ozono debido a la contaminación.

Por dicho trabajo y sus investigaciones sobre química atmosférica, en 1995 recibió el Premio Nobel de Química junto a dos colegas: el estadunidense Frank Sherwood Rowland y el holandés Paul Jozef Crutzen.

El tercer mexicano en obtener ese reconocimiento dejó ver que hoy en día, su deseo es que los estudiantes mexicanos tengan interacción con el resto del mundo científico en otras partes del planeta, como él lo ha hecho.

Esas oportunidades, que ha sabido aprovechar, le han merecido después ser galardonado con el Premio Campeones de la Tierra que otorga la Organización de las Naciones Unidas, además de ser el primer mexicano en recibir la Medalla Presidencial de la Libertad de Estados Unidos, en 2013.

Nacido en la Ciudad de México en 1943, Mario Molina trabaja actualmente en el centro que lleva su nombre, creado en 2004 como depositario de las actividades científicas que ha desarrollado a lo largo de su carrera.

“En el Centro nos ocupan y preocupan los temas que tienen que ver con el medio ambiente, la calidad del aire, el cambio climático y el uso de energía, para evitar nuevos episodios como las contingencias ambientales que recientemente se dieron en la Ciudad de México, y las consecuencias que eso acarrea”, explicó.

Miembro de El Colegio Nacional y las academias Mexicana de Ingeniería, Mexicana de Ciencias y de la Pontificia Academia de las Ciencias del Vaticano, Molina dijo que también trabaja en la capital del país con la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, “lo que representa un ejemplo de interacción positiva”.

Fuente: Juan Carlos Castellanos C., Notimex

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