La Fundación de Tenochtitlan en el año 1325 es uno de los eventos más emblemáticos en la historia de Mesoamérica. Este año, celebramos 700 años de aquel momento que marcó el inicio de una de las civilizaciones más fascinantes: los mexicas. Pero, ¿cómo sabemos que Tenochtitlan fue fundada en 1325? La respuesta nos lleva a un viaje entre mitos, leyendas y evidencias arqueológicas que han resistido el paso del tiempo.
La historia de la Fundación de Tenochtitlan comienza en un lugar mítico llamado Aztlán, que en náhuatl significa “lugar de las garzas”. Según la leyenda, los mexicas partieron de este sitio guiados por su dios Huitzilopochtli, quien les prometió una tierra próspera. Este viaje, dividido en dos etapas, los llevó a través de diversos territorios, incluyendo Tula, Hidalgo, y varios pueblos de la cuenca de México, como Azcapotzalco y Chapultepec.
La mayoría de los registros históricos coinciden en que la Fundación de Tenochtitlan ocurrió en el año 2-Casa del calendario indígena, que corresponde al 1325 en el calendario europeo. Esta fecha no solo es respaldada por crónicas y códices, sino también por un monumento prehispánico único: el Teocali de la Guerra Sagrada, una escultura que conmemora el Quinto Sol y la llegada de los mexicas a la cuenca de México.
Este monumento, exhibido en el Museo Nacional de Antropología, es el único vestigio prehispánico que registra la Fundación de Tenochtitlan. En su parte superior, aunque no visible al público, se encuentra la fecha 2-Casa, confirmando el año de la fundación. Además, la escultura muestra a Huitzilopochtli posado sobre un nopal, un símbolo que perdura en el escudo nacional de México.
Antes de la llegada de los mexicas, la isla donde se fundó Tenochtitlan ya estaba habitada por grupos como los tlatelolcas, descendientes de los chichimecas-tepanecas. Estos habitantes se dedicaban a la pesca y a la explotación de salinas, y sus restos cerámicos han sido encontrados en excavaciones arqueológicas.
Aunque Aztlán y Chicomostoc son mencionados como los lugares de origen de los mexicas, los expertos sugieren que estos no eran sitios físicos, sino conceptos dentro de la cosmovisión mexica. Representaban el inicio de un viaje espiritual y cultural que culminó con la creación de Tenochtitlan.
La Fundación de Tenochtitlan no solo fue el inicio de una ciudad, sino el nacimiento de un imperio que dominó gran parte de Mesoamérica. Hoy, 700 años después, su legado sigue vivo en la cultura, la arquitectura y la identidad de México.
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