Los universitarios novatos se preocupan por cómo será su nueva vida. ¿Tienes miedo a no llevarlo bien, no conocer gente agradable, o a que bajen tus notas? Pues te interesa leer estos consejos.
Llevas toda la vida estudiando y este es el paso siguiente: la universidad. Es cierto que puede suponer muchos cambios en tu vida, como tener que hacer nuevos amigos, un nuevo sistema de enseñanza… Pero la verdad es que, una vez superado ese impacto inicial, es como todo: un curso tras otro rodeado de la misma gente que acabarás por conocer (a casi toda), con profesores y asignaturas que te gustarán más o menos y con rutinas y horarios como siempre has tenido.
Una vez que empieces verás que no es para tanto, ni tan complicado, ni tan genial, ni tan aburrido. Así que no dejes que tus expectativas (malas o buenas) modifiquen tu experiencia: reduce tu ansiedad y abre la mente a nuevas vivencias.
Una de las cosas que más liosa para los universitarios novatos es todo el tramite burocrático de matrículas, carnés, becas, cursos que se ofertan, etc. Cuanto antes te enteres de cómo resolverlo todo, mejor.
Por otro lado, dentro de tu campus, tendrás opciones para hacer deporte, para asistir a cursos preparatorios o extraescolares sobre temas relacionados con tus estudios o sobre otras temáticas que no tengan que ver con el grado elegido pero que te interesen, etc.
Entérate bien solicitando información en la secretaría general o en el departamento de ayuda a estudiantes y sácale el máximo partido a tu experiencia para disfrutarla el doble.
Este es uno de los puntos que más ansiedad crea a algunos universitarios novatos, y la verdad es que, como pronto comprobarás, tanta angustia era innecesaria: la mayoría de estudiantes que empiezan como tú en la universidad tampoco conocen a nadie ni se encuentran en un entorno conocido, así que te resultará muy fácil establecer nuevas relaciones porque, por muy tímido que seas, alguien se sentará a tu lado y hablará contigo.
Y ya sabes cómo va esto, conoces a uno que te presenta a otro y antes de lo que piensas tienes un grupo de 15 amigos nuevos con los que pasártelo bien.
Si una cosa buena tiene empezar en un lugar donde nadie nos conoce, es la posibilidad de hacer borrón y cuenta nueva con todas aquellas cosas que nos etiquetaban en el instituto o colegio y que no nos gustaban.
La universidad plantea nuevas posibilidades para forjar relaciones más adultas y positivas, para defender nuestra forma de ser o cambiar aquello que no pudimos rodeados de la gente de siempre que esperaba que hiciéramos lo de siempre.
¡Ah, y otra cosa! Ser un nerd en la universidad está superbién visto (sobre todo si compartes apuntes).
Para disfrutar de verdad de la experiencia, tu grado de implicación es muy importante: métete en el comité estudiantil, asiste a conferencias, sé parte de la sectorial…
Ese tipo de cosas, además de ampliar tus conocimientos y tu participación, harán que conozcas a mucha gente interesante y que los profesores valoren más tu trabajo.
Es importante asistir regularmente a clase como hacíamos durante el colegio o el bachillerato porque, pongan faltas o no (eso dependerá del profesor), todo lo que se diga en el aula ampliará tus conocimientos de cara a tu futura profesión y te facilitará tremendamente el duro periodo de exámenes.
Pero asistir y ser un mueble más sentado en la última fila no es tan lucrativo como enterarte, tomar apuntes, participar, preguntar las dudas y conseguir que los profesores te conozcan y aprecien tu grado de implicación.
De verdad, los docentes universitarios están hartos de dar la misma charla una y otra vez delante de un montón de cabezas agachadas que lo mismo están mirando el móvil que tomando apuntes. Plantea tus dudas o participa en los debates, eso va a subirte más puntos que presentar trabajos extras.
Ha llegado el momento de dejar atrás la adolescencia y entrar en una juventud adulta llena de posibilidades, de nuevos conocimientos, de planes reales para el presente y el futuro.
Ir a la universidad es divertido, por muy lentas que se te hagan algunas clases. Hay mucho que aprender, muchas fiestas que disfrutar, muchos grandes amigos y amores por conocer.
Todo el proceso universitario te va a transformar en el adulto que quieras ser, así que lo mejor que puedes hacer durante ese proceso es divertirte muchísimo con todo: con salir y con estudiar, con viajar y con aprender. Así es como pasan los universitarios novatos a ser verdaderos profesionales.
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Fuente: etitulo.com
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