Investigadores del Beth Israel Deaconess Medical Center (BIDMC), de la Facultad de Medicina de la Universidad de Hardard en Boston, encontraron una relación con la disminución del riesgo de cáncer con el consumo de brócoli.
Pero no sólo se trata del brócoli, pues dicha relación también aplica para otras verduras crucíferas. Algunas de ellas son la familia de plantas que también incluye:
Estas verduras contienen una molécula que inactiva un gen que se sabe que desempeña un papel importante en una variedad de cánceres comunes en humanos.
En un nuevo artículo publicado en Science, los investigadores, dirigidos por Pier Paolo Pandolfi, Director del Centro de Cáncer e Instituto de Investigación del Cáncer en el Centro Médico Beth Israel Deaconess, demuestran que la detección del gen, conocido como WWP1, con el ingrediente encontrado en brócoli suprimió el crecimiento tumoral en animales de laboratorio propensos a cáncer.
Este es un gen supresor de tumores (detiene el crecimiento de tumores) conocido y potente. El PTEN es uno de los genes supresores de tumores, más frecuentemente mutados, eliminados, regulados o silenciados en los cánceres humanos.
Un supresor tumoral funciona como los frenos de un automóvil. “Frena” las células para que no se dividan demasiado rápido. La mutación genética del PTEN puede causar tumores no cancerosos llamados hamartomas. Los hamartomas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo.
La mutación en PTEN también puede hacer que se desarrollen tumores cancerosos y defectos del desarrollo.
Para averiguarlo, Pandolfi y sus colegas identificaron las moléculas y los compuestos que regulan la función y la activación de PTEN. Realizando una serie de experimentos en ratones y células humanas propensas al cáncer, el equipo reveló que un gen llamado WWP1 produce una enzima que inhibe la actividad supresora de tumores de PTEN.
Al analizar la forma física de la enzima, los químicos del equipo de investigación reconocieron que una molécula pequeña, llamada formalmente indol-3-carbinol (I3C), una moléula presente en el brócoli y sus parientes, podría ser la clave para sofocar los efectos causantes de cáncer de WWP1.
Cuando Pandolfi y sus colegas probaron esta idea, administrando I3C a animales de laboratorio propensos al cáncer, los científicos descubrieron que el ingrediente natural en WWP1 inactivado por brócoli, liberaba los frenos del poderoso supresor de tumores, el PTEN.
Pero no te dirijas al mercado de agricultores todavía; el primer autor Yu-Ru Lee, PhD, miembro del laboratorio Pandolfi, señala que tendrías que comer cerca de 6 libras de coles de Bruselas al día, y crudas, para obtener su beneficio potencial contra el cáncer.
Es por eso que el equipo de Pandolfi está buscando otras formas de aprovechar este nuevo conocimiento. El equipo planea seguir estudiando la función de WWP1 con el objetivo final de desarrollar inhibidores más potentes de WWP1.
“La inactivación genética o farmacológica de WWP1 con tecnología CRISPR o I3C podría restaurar la función PTEN y desencadenar aún más su actividad supresora de tumores“, dijo Pandolfi.
“Estos hallazgos abren el camino hacia un enfoque de reactivación de supresores de tumores que se busca desde hace mucho tiempo para el tratamiento del cáncer“.
Fuente: UNAM Global
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