Según un estudio realizado en 2017 por la OCDE (Organización para la cooperación y desarrollo económicos) el país es uno de los que menos accesos a educación superior dieron. Tan sólo 10 adultos mayores de 25 años nacidos en México han podido finalizar un grado universitario.
La tasa de jóvenes que no se encuentran ni trabajando ni estudiando es un cuarto de la población dentro del rango que comprende los 18 a 24 años de edad.
Este dato tiene una explicación, y se debe principalmente al bajo aprovechamiento académico, coincidiendo este factor en los países con mayor número de “ninis” y los niveles de aprovechamiento en los programas de Evaluación Internacional.
Tras diferentes estudios realizados en México se han determinado las posibles causas por las cuales los estudiantes universitarios deciden abandonar sus estudios:
El estrés y la ansiedad, dificultades para aprobar o el miedo al fracaso son problemas bastante comunes a los que se enfrentan los estudiantes cuando se matriculan en alguna carrera universitaria.
La mayoría de encuestados se sienten más seguros si un orientador les ayuda. Otros buscan apoyo en otros ámbitos como el familiar o círculo de amistades.
Hasta un 6.6% de los licenciados universitarios se encuentran en paro. Probablemente sea este uno de los mayores detonantes de la deserción universitaria en México. Muchos estudiantes dejan sus estudios ante la dificultad que les supondría seguir pagando una carrera para luego no poder encontrar empleo.
Algunos centros universitarios tienen en cuenta estos problemas y comienzan a implementar algunas soluciones para evitar la deserción universitaria.
Sin embargo, de momento es un número reducido en comparación con la cantidad de Universidades que existen en todo México.
Con el fin de evitar que siga habiendo unas tasas tan elevadas de deserción universitaria, existen diferentes soluciones muy básicas a las que se puede recurrir:
La matrícula, el transporte y otros gastos a los que tienen que hacer frente son muy numerosos, y muchas veces no consiguen el dinero suficiente para cubrirlos todos.
Es por lo que gobiernos y otras instituciones intentan crear ayudas y becas para que el factor económico deje de ser un problema mayoritario en la deserción universitaria.
Que los estudiantes puedan adaptar su plan de estudios, incluso mediante cursos y grados a distancia, además del uso de herramientas informáticas hacen que el estudio y la manera de aprender sea más práctica, por lo que muchas universidades consideran facilitar estas posibilidades a sus alumnos.
Conocer las aspiraciones del estudiante y a lo que se quiere dedicar en un futuro sirve para ayudarle a escoger mejor sus estudios, y que no abandone la carrera por falta de interés.
Fuente: Universia
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