Falleció Joaquín Salvador Lavado, mejor conocido como Quino a los 88 años de edad, famoso por ser el creador de Mafalda.
Justo a un día antes, su máxima creación, “Mafalda”, cumplió 56 años de su primera publicación.
Joaquín Salvador Lavado nació el 17 de julio de 1932 en la ciudad de Mendoza, Argentina. El sobrenombre que con el que mundialmente se le conoce, Quino, surgió con el fin de poder distinguirse de su tío Joaquín Tejón, un pintor que lo encaminó al mundo de los grafitos gastados.
La Escuela de Bellas Artes lo recibió en 1945 para ejercer sus estudios, aunque Lavado la dejó en 1949 “cansado de dibujar ánforas y yesos”; esta decisión también fue motivada por la certeza que ya tenía sobre su quehacer con los lápices: dibujar historietas.
A partir de sus primeras viñetas publicadas, Quino no se detuvo: de las planas locales pasó a los diarios nacionales, y de ahí, gracias a su primer libro, Mundo Quino (1963), saltó a otras latitudes.
La tira cómica de Mafalda brindó grandes reconocimientos al humorista gráfico Quino, entre ellos el Premio Príncipe de Asturias en 2014. Y es que, el mundo de Mafalda logró alcanzar el éxito mundial no solo en el papel, sino también en la televisión.
No obstante, Quino tuvo otras grandes historias que, aunque quizá no sean tan conocidas, forman parte de la obra del artista, y para sus seguidores seguro tienen valor incalculable para sus seguidores. Por ello, vale la pena recordarlas tras su partida, pues, sin duda, es la mejor manera de celebrar su trayectoria en vida.
Además, como característica del autor, en este cómic también encontramos la parte crítica: los comportamientos que la gula puede producir en los humanos. También encontramos situaciones con la contraparte de los comensales como los meseros y cocineros.
Tal y como su nombre lo señala, aquí el artista busca reflejar “la aventura que el acto de comer puede representar”. A diferencia de ‘La Buena Mesa’, esta obra trata de exponer los errores que tanto comensales como camareros pueden cometer.
Toda una serie de escenas en las que se critica la avaricia de los clientes y la torpeza de los
hosteleros y chefs son el hilo conductor de esta tira cómica.
No obstante, a pesar de la seriedad de los temas, Quino lo hace dese un punto de vista irónico que, aunque en principio puede causar gracia, al final deja sí o sí la sensación de reflexionar sobre el hecho más a fondo.
Para Quino, todo lo relacionado con el amor, la vida en común de los cónyuges, el compromiso adquirido con la otra persona, el sexo y el desamor han sido siempre cuestiones confusas.
Tanto es así, que este tipo de grafismos no están solo presentes en este libro, sino en muchos otros e incluso en sus famosas tiras de Mafalda.
Cabe señalar que todo el material que tiene lugar en este libro, es inédito, además de no seguir una línea temática en particular.
Por lo que es posible hallar las distintas preocupaciones que han acompañado al autor a lo largo de su vida: el paso del tiempo, la pareja, el sexo, los animales, la vejez, la salud, el arte o la religión. Una obra que, para muchos transmite cierta melancolía.
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