El 21 de enero se celebra el Día Internacional del Abrazo, una fecha creada por Kevin Zaborney, un estadounidense quien preocupado por las pocas muestras de afecto que realiza la gente en público incluso con los miembros de su familia, pensó en crear una festividad que les brindará una excusa de hacer algo que a todos nos gusta y es dar y recibir abrazos. ¿Pero cómo es dar abrazos en plena pandemia y de qué beneficios nos estamos perdiendo?
Así, fue el 21 de enero de 1986 en el pueblo de Clio en Michigan cuando se celebró por primera vez y se popularizó en los Estados Unidos gracias al Calendario de eventos Chase, una publicación que presentaba todas las festividades locales del año.
Desde luego, tras la pandemia mundial, donde se ha impuesto la distancia entre personas, solo vemos y sentimos los abrazos en casa entre los convivientes. Y es que, hoy más que nunca el no dar un abrazo a nuestros seres queridos representa justamente la muestra de afecto. Los contagios siguen a la alza, así que, a pesar de la existencia de la vacuna, la sana distancia, el uso de la mascarilla y la ausencia de muestras de cariño como abrazos o saludos de beso siguen siendo parte de nuestra cotidianeidad.
Estamos ante el mayor reto emocional que hemos vivido y vamos a vivir en mucho tiempo. Nuestro ánimo personal está en la cuerda floja tras haber pasado un año donde nos han arrebatado la cercanía entre personas, el contacto, los besos, la alegría y… los abrazos. Esto influye negativamente en nuestro estado de ánimo. Por eso te proponemos estas otras 5 formas de dar abrazos sin que implique el contacto físico.
Son poderosas y se trata de poner voz a lo que queremos transmitir cuando nos abrazamos. Aunque creas que esa persona especial sepa que es importante para ti, siempre será bueno decirlo.
“La mirada es la ventana del alma” dice una frase, y es que, en efecto, tal pareciera que nos ayuda a conectar emocionalmente con las personas. Mantener el contacto visual ayuda a enfatizar lo que estamos comunicando por cualquier otro canal.
Porque aunque no es intercambiable con un abrazo y tiene sus propios y distintos efectos, sonreír y/o recibir una sonrisa resulta sumamente beneficioso y produce complicidad con el otro y, aunque llevemos mascarilla, la sonrisa se percibe y se siente.
Tan numerosos y dispares como culturas y seres humanos hay: abrir los brazos, llevar una mano al corazón, lanzar un beso con las dos manos, abrazarse a uno mismo en presencia del otro…
Con abrazos virtuales, emojis, gifs o stickers. “Estos son consejos para sustituir los beneficios del abrazo, pero el abrazo real volverá, ya que el contacto físico forma parte de nuestra esencia, esto es algo temporal”, concluye la psicóloga.
Por otro lado, y de acuerdo con la ciencia, existen múltiples beneficios a nivel físico/biológico al dar o recibir un abrazo. Pero no solo eso, sino que, a nivel emocional también posee acciones benéficas, estas son algunas de ellas:
Los abrazos nos hacen sentir protegidos y con mayor confianza cuando tenemos miedo o notamos inseguridad.
– Reducen la sensación de soledad haciéndonos experimentar que formamos parte del otro
– Ante la tristeza, los abrazos resultan reconfortantes, sintiéndonos apoyados y comprendidos
– Los abrazos mejoran la autoestima porque nos proporcionan la sensación de ser especiales y ser amados
– Ayudan a sellar una reconciliación sin tener que añadir nada más
– Compartir la alegría con un abrazo, incrementa nuestra sensación de bienestar
– Cuando nos abrazamos sin palabras, cada uno da y/o recibe según sus propias necesidades, de tal forma que el abrazo se convierte en justo lo que necesitamos
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