¿Ya conseguiste tu primera chamba formal? ¡Felicidades! Este es un gran paso en tu vida profesional, pero también puede ser un poco abrumador, por lo que implica saber y que no te lo enseñan en la universidad. No te preocupes, ¡todos pasamos por eso! Para ayudarte a adaptarte y crecer en tu nueva etapa, te compartimos 5 claves que te serán de gran utilidad.
Una vez que comienzas a trabajar formalmente, ya estás cotizando al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y eso significa que automáticamente comienzas a ahorrar para tu retiro a través de tu cuenta de Afore.
Cada mes, tu empleador, el gobierno y tú, mediante tus aportaciones, estarán contribuyendo a esta cuenta. Este ahorro es clave para tu futuro, aunque ahora te parezca algo lejano.
No dejes que pasen años sin saber en qué Afore estás registrado o qué rendimientos te está dando. Puedes cambiar de Afore si encuentras una que te ofrezca mejores beneficios. También, puedes incrementar tus aportaciones voluntarias para tener una mejor pensión cuando llegue el momento.
Tu primer sueldo siempre es emocionante, pero también puede llevarte a gastar sin pensar mucho. Antes de hacerlo, detente un momento. Es importante que organices tus finanzas para que tu dinero te rinda y, sobre todo, para que puedas cubrir necesidades básicas y generar ahorros. El ahorro no tiene que ser mucho al principio, pero es un hábito que te ayudará a largo plazo.
Idealmente, deberías tener un fondo de emergencia equivalente a tres meses de tu salario. Este fondo te ayudará a enfrentar cualquier imprevisto sin necesidad de endeudarte.
Tu contrato no es solo un documento que firmas para empezar a trabajar; es tu herramienta para conocer tus derechos como trabajador. En México, al trabajar formalmente, tienes acceso a prestaciones como el aguinaldo, vacaciones, días de descanso y el Seguro Social. Es importante que conozcas cuántos días de vacaciones te corresponden según la Ley Federal del Trabajo (se inicia con 12 días después del primer año) y que verifiques que todos tus derechos estén incluidos en tu contrato.
Además del ahorro para el retiro, tener número de seguridad social te da acceso a atención médica, incapacidades pagadas y otras prestaciones. Revisa bien qué incluye tu paquete de prestaciones adicionales si las hay, como seguro de vida o vales de despensa.
El estrés es una parte inevitable de cualquier trabajo, especialmente cuando estás empezando. Es importante que desarrolles estrategias para manejarlo de manera efectiva. Esto puede incluir desde técnicas de respiración y meditación hasta mantener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal.
Haz pausas durante el día, descansa adecuadamente y busca un hobby o actividad que te desconecte del trabajo. El equilibrio te hará más productivo y evitará que te quemes demasiado rápido.
Mostrar iniciativa y estar dispuesto a aprender te hará destacar en tu trabajo. No esperes a que te digan qué hacer; busca oportunidades para mejorar y adquirir nuevas habilidades. Esto no solo te beneficiará en tu puesto actual, sino que también te preparará para futuras oportunidades.
Tu primera chamba formal es una gran oportunidad para crecer tanto personal como profesionalmente.
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