Los bosques tropicales siguen desapareciendo en todo el planeta. Un informe mundial publicado por el World Resources Institute (WRI) revela que durante el 2018 se perdieron 12 millones de hectáreas a nivel global y casi dos millones se perdieron en Latinoamérica.
El reporte señala, además, que en el ranking mundial de los 10 países más afectados por esta pérdida de bosque figuran cuatro de la región: Brasil, Bolivia, Colombia y Perú. El primero de ellos encabeza la lista.
“Hemos visto una tendencia general al alza en la pérdida de bosques primarios en Bolivia, Colombia y Perú. Brasil es un poco más complejo, el país redujo su tasa de deforestación a principios de la década de 2000, pero nuestros datos muestran grandes áreas arrasadas debido a incendios en 2016-2017”, señala Mikaela Weisse, gerente de Global Forest Watch (GFW) y responsable de la estrategia y las alianzas de GFW para el monitoreo satelital de bosques.
Brasil lidera el ranking mundial con 1,347,132 hectáreas desaparecidas en el último año. Colombia figura en cuarto lugar con 176,977 hectáreas perdidas; le sigue los pasos Bolivia, en el quinto puesto, con 154,488 hectáreas; y no muy lejos está Perú, en el séptimo lugar, con una extensión de 140,185 hectáreas. En total, entre los cuatro países amazónicos, se han perdido 1,818,782 hectáreas.
Esta grave desaparición de bosques vírgenes significa la extinción de ecosistemas que albergan árboles de cientos y miles de años, que a su vez almacenan grandes cantidades de carbono y albergan una increíble biodiversidad. “Cuando estos bosques se talan, quizás nunca vuelvan a su estado original”, precisa el reporte.
La situación podría empeorar en Brasil. Según el Instituto del Hombre y el Medioambiente de la Amazonia (Imazon), la deforestación en ese país creció en un 54 % en enero de 2019 —el primer mes de gobierno del presidente Jair Bolsonaro— respecto al mismo mes de 2018.
La pérdida de bosques primarios en Colombia aumentó en un 9 % entre 2017 y 2018, continuando una dramática tendencia al alza desde 2016. De acuerdo con el reciente análisis, luego de más de dos años de la firma del acuerdo de paz entre las FARC y el Gobierno colombiano, los bosques se han convertido en el blanco.
“En la Amazonía, Colombia es mi mayor preocupación —dice Weisse— pues hemos visto una tendencia al alza constante en la pérdida de bosques primarios desde la firma del acuerdo de paz, ya que estas áreas enfrentan un vacío de poder”, precisa.
Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), señala que es muy preocupante la cantidad de áreas que está perdiendo Colombia, considerando que se trata de un país ocho veces más pequeño que Brasil.
En Bolivia, la mayor pérdida de bosques está asociada a la conversión del área forestal para la agricultura y la ganadería, a través de la introducción de pastos a gran escala, especialmente en el Chaco.
Pablo Villegas, responsable de investigación del Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), explica que la pérdida de bosques en ese país ha sido muy fuerte en la última década y que este fenómeno parece tener una relación directa con la agroindustria influenciada por Brasil y Argentina.
“Existen coincidencias entre el aumento del precio de la soya y el incremento de la deforestación”, comenta Villegas.
Bolivia está entrando en crisis, se están acabando las reservas de gas y para el 2023 la producción apenas cubrirá la demanda interna.
En el Perú, país que ocupa el séptimo lugar en el ranking, es la pequeña agricultura la principal responsable de la pérdida de bosques primarios. Sin embargo, según el informe del WRI, no debe pasarse por alto el impacto generado también por la producción ilegal de hoja de coca, la proliferación de nuevos caminos forestales en áreas remotas de la Amazonía y el avance de la minería ilegal de oro en el sur del país.
Sandra Ríos, investigadora del Instituto del Bien Común (IBC) de Perú, considera que lo más preocupante es la tendencia al aumento de la deforestación de los últimos años en todos los países amazónicos. “Las cifras más altas de todo este histórico desde el 2000 está en los últimos tres años 2016, 2017 y 2018”.
La representante de IBC llama la atención sobre algo que resulta a la vista contradictorio: la firma de compromisos de cero deforestación que no se cumplen y que obligan a los países a postergar los plazos.
“Por un lado promovemos la conservación de nuestros bosques, pero por otro seguimos entregando concesiones. Mientras las cifras de deforestación, más allá de ir reduciéndose, van en aumento”.
Fuente: Desinformémonos
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