Vida Universitaria

Bullying escolar: 5 Acciones tóxicas que normalizamos (y no deberíamos)

El bullying escolar es un problema global que va más allá de golpes o insultos directos. Muchas veces, se esconde en actitudes “normalizadas” por la sociedad, e incluso entre amigos. El 2 de mayo, Día Internacional contra el Bullying, nos recuerda que el acoso puede ser sutil, pero sus efectos son profundos: baja autoestima, depresión y, en casos extremos, suicidio.

¿Sabías que algunas acciones que consideramos “inofensivas” en realidad son bullying escolar? Hoy, desmontamos 5 comportamientos tóxicos que deben dejar de justificarse.

1. “Es sólo una broma”: El gaslighting emocional

Frases como “no te lo tomes tan en serio” o “era una risa” minimizan el dolor ajeno. El bullying escolar también es psicológico: ridiculizar constantemente a alguien (su forma de hablar, vestir o pensar) bajo la excusa del “humor” es acoso. Según la UNESCO, el ciberbullying y las burlas recurrentes afectan al 32% de los estudiantes a nivel mundial.

2. Excluir a alguien “por diversión”

Ignorar a un compañero, no invitarlo a trabajos en grupo o hacerlo sentir invisible es acoso social. Un estudio de Journal of Youth and Adolescence confirma que la exclusión deliberada causa tanto daño como un golpe.

3. Criticar el cuerpo o la apariencia

Comentarios como “¿en serio vas a comer eso?” o “pareces un palo” son bullying escolar disfrazado de “preocupación”. La organización Ditch the Label revela que el 47% de los jóvenes ha sufrido acoso por su físico.

4. Difundir rumores o chismes

Hablar a espaldas de alguien, inventar historias o exponer su vida privada (incluso en redes) es acoso relacional. La APA (American Psychological Association) lo considera una forma de violencia con secuelas emocionales graves.

5. Presión grupal (“si no lo haces, no eres cool”)

Obligar a alguien a beber, faltar a clases o participar en actos humillantes para “encajar” es bullying coercitivo. La línea entre “amistad” y manipulación es delgada.

El bullying escolar no siempre es obvio, pero sus efectos sí. Este 2 de mayo, reflexionemos: ¿hemos sido víctimas, espectadores o cómplices? La diferencia entre “una broma” y el acoso está en el daño causado.

📢 Si ves algo, di algo. El silencio también es complicidad.

Brenda Castillo

Hispanista. Lic. en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM, y especializada en temas de lingüística y docencia desde hace 7 años. Colaboradora de publicaciones para Guía de Preparatorias, Guía Universitaria y Guía de Posgrados.

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